Andrés Lima: "Soy un error de la naturaleza"
El director de teatro se adapta al medio como pocos, y esta vez desembarca en Mérida con una fiesta techno en honor a Dionisio, "La comedia de los errores"
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Andrés Lima llega al Festival de Mérida por tercera vez como director: Tito Andrónico, Medea, y ahora, La comedia de los errores (del 2 al 6 de agosto en el Teatro Romano), un Shakespeare con aroma a Aristófanes en versión de Albert Boronat. Se adapta el director al medio, e igual que estrena en las ruinas romanas un fiestón dionisiaco, te monta un poema épico del siglo XVII o te levanta Edipo rey en Montevideo.
−Por cierto, ¿qué tal por Uruguay?
−Ha sido la bomba: dos meses llenando 800 localidades, y me han pedido que vuelva. Todo lo contrario a lo que llevamos a Mérida, pero también es una fiesta. El teatro griego está más de moda que nunca.
−Por algo será.
−No es casual. Reflexionan a partir del teatro que el público demanda. El teatro no es solo una fiesta de entretenimiento, sino de reflexión y bailando se reflexiona muy bien.
−En el último año, Todas las canciones de amor, Paraíso perdido, Edipo rey... y ahora, Mérida. ¿Cuándo empieza y termina su temporada?
−Y Todas las hijas y el monólogo de Prostitución para Luciana Grassi.
−Además...
−Hago teatro siempre que puedo. Vivo dentro del teatro. Solo descanso cuando el cuerpo me dice que no puede más.
−Y luego ya encara el tercer Shock...
−Sí, pero antes Asesinato y adolescencia, en el Matadero; la gira de Shock por Chile, que coincide con los 50 años del golpe de Estado de Pinochet; y luego, ya sí, Shock III, que se va a llamar 1936.
−Nos pilla cerca. ¿Va a levantar ampollas?
−Ni idea, nosotros solo vamos a hacer un montaje sobre la Guerra Civil. Y es deudor teatral de las dos primeras partes porque mientras hablaba de Egipto, Chile, Palestina o China decía "todo esto pasó en España". Muchas de esas ideas se generaron en España y vamos a reflexionar sobre el fascismo.
−En La comedia de los errores van del "error" a lo que directamente es "mentira" o "falso", palabras que han estado de moda en las últimas elecciones por uno y otro lado. Eso ya molesta más fuera del escenario, ¿no?
−Todo eso es pasajero. Una campaña es pasajera y luego están los resultados. El error existe y lo que ha surgido en España es que la ciudadanía ha elegido un país plural en el que hay que ponerse de acuerdo. Eso es lo bonito más allá de que se vote a uno y otro partido. Lo de los grandes bloques hace tiempo que es mentira. Hay que reconocer la pluralidad.
"Bailando se reflexiona muy bien"Andrés Lima
−¿Y, sobre todo, hablar?
−Por supuesto, sea el que sea. Y lo que me da mucha alegría es que la ultraderecha se haya quedado abajo. No soy optimista con que se haya acabado el fenómeno, pero parece suficiente para que no gobierne y eso me tranquiliza por sus propuestas represivas contra la cultura, la sanidad, la educación... Eso sí, me sigue preocupando porque está en España y en Europa. No nos podemos relajar.
−¿Por qué dice que hay que hablar con todos, pero no con un partido concreto?
−Son ellos los que tienen que plantearse la propuesta del país que quieren, que parece la antiespaña.
−Vayamos al inicio del texto: "¿Qué es la verdad?", dicen.
−En la obra, lo bonito es que nadie sabe qué es, y en la vida pasa lo mismo. Sabemos lo que es el error, y no debemos confundir error con mentira, que es muy diferente. No soy partidario de la mentira y sí del error. Yo mismo soy un error de la naturaleza.
−¿Por qué?
−No me considero nadie especial, sino un ser equivocado. Podría haber sido mujer, de otra raza, enano o gigante, pero eso es lo de menos: todos somos seres humanos. Si todos somos errores, nos igualamos rápidamente. Tener sentido del error es tener sentido del humor, que nadie sea mejor que otro.
−Cada uno con nuestras taras.
−Sí, no sé quién es más discapacitado que otro. Es una competición absoluta. Y ahí Shakespeare es el rey de la ambigüedad, tanto en el teatro como en su propia persona.
−¿La verdad es aburrida?
−En el texto se dice que lo es, y si lo analizamos despacio, es posible.
−Presenta una obra "loca" en la que no se sabe nunca quién es quién.
−El espectador va a estar maravillosamente perdido. Cuando actuaba más, le dije a un director que estaba perdido: "Ese es el mejor momento", me dijo. "Te tienes que encontrar". Es cuando debes hacer algo para saber hacia dónde vas. Eso es trasladable al público y también al votante. Cuando un ciudadano está perdido y tiene los recursos para saber a dónde quiere dirigir su vida, empieza a ser responsable. Eso es algo que solo se consigue con la comedia, con ese punto de distanciamiento para reírte de ti mismo y reconocer que eres lo suficientemente tonto como para ponerte las pilas.
−¿Qué posibilidades encontró en el original de esta obra?
−Es un Shakespeare muy temprano en el que empieza a probar un teatro de equívocos basado en la comedia italiana y en el Siglo de Oro español. Tiene un juego teatral enorme al venir de Los gemelos, de Aristófanes. Ahí nace esta comedia de enredo, de equívoco sobre equívoco. Y a su vez, queríamos una comedia muy shakesperiana en la que los hombres hicieran todos los papeles y con Boronat lo hemos llevado a un juego teatral que tiene que ver con hoy, con una compañía en la que no hay actores para tantos personajes [6 para 24]. Es una trama paralela entre esa compañía que no da abasto con La comedia de los errores y la trama de Los gemelos. Una fiesta del error.
−Prepárese para la pregunta, que llegará, de por qué solo son hombres.
−Era una elección. Dentro de la pieza ves que hay libertad sexual. Hay intrínseca una reivindicación sexual grande.
−Tercera vez en este escenario como director, ¿qué tiene que tener un espectáculo para que brille en las ruinas?
−Respetar el espacio, que no es fácil, y hablar directamente al público.
−Ha hablado usted de la "fiesta del error", pero he escuchado a Pepón (Nieto) y a Fernando (Soto) decir que esto es un "fiestón" total con zona chill out y con DJ.
−Esteban Garrido [Volantes de la puebla] ha compuesto una música como si fuera una fiesta permanente.
−¿Fiesta de qué?
−Techno. Una discoteca en la que pasar toda la noche bailando. Es interesante esa búsqueda de la felicidad, es interesante como proyecto de vida. No solo el espíritu festivo. Esteban es un artista capaz de convertir un sirtaki en una fiesta de discoteca. Todo ese ambiente de fiesta continuada tiene que ver con el coro griego que vamos a hacer en culto a Dionisio y para festejar el acto de vivir. La gente va a salir caliente. Que abran todos los garitos porque van a ir muchos después de nuestra comedia.