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La fusión de Lope con Tarantino

La compañía Impromadrid bucea en el Siglo de Oro para crear «Por la gracia»
Intérpretes de Impromadrid
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La Razón

Madrid Creada:

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Después de casi un cuarto de siglo dedicados a la creación de espectáculos basados en técnicas de improvisación teatral, los miembros de la compañía Impromadrid siguen asumiendo retos de toda clase sin miedo a las dificultades que implica el particular lenguaje escénico en el que se manejan. Incluso se atrevieron, hace siete años, con el complicado universo formal del Siglo de Oro; fruto de esa aventura nació el espectáculo A nadie se le dio veneno en risa. La experiencia fue tan grata que ahora han vuelto con idéntica ilusión a ponerse la gola y el jubón.
Fue en esta ocasión Clara Pérez, la nueva directora de Clásicos en Alcalá, quien les ha propuso acometer un proyecto que pudiera ser estrenado en esta 23ª edición del festival que se inauguró el pasado día 14. El resultado es Por la gracia, una obra que toca algunos de los grandes temas del teatro aurisecular, como el honor, la traición, la amistad, el amor o el poder, y que quiere además tender un puente de doble sentido con el presente. “Proponemos un juego con el público para ver, por un lado, si todo lo que nos ocurre hoy ya ocurría en el Barroco y para ver, por otro, cómo serían en esa época las cosas exclusivas del presente, las que nos ocurren hoy”, explica el director Ignacio López, que comparte escenario con los otros dos veteranos de la compañía: Ignacio Soriano y Paloma Córdoba. A ellos se suma en esta ocasión la actriz Elena Lombao, que interpreta a la protagonista femenina, mientras los demás de reparten el resto de personajes.
Pero la particularidad de los trabajos de Impromadrid reside en que es el público, respondiendo a las preguntas que la compañía va lanzando durante la representación, quien va dirigiendo la acción en cada escena, a partir de un mínimo soporte o esqueleto argumental que tienen los actores. Y eso afecta incluso a la gran convención del teatro clásico: el verso. “Estamos haciendo muchas escenas, aunque no todas, en octosílabos improvisados; e incluso estamos echando mano del endecasílabo en otras”, dice López, que reconoce que a veces los errores métricos son inevitables, pero que “el público no solo los perdona, sino que ríe abiertamente con ellos porque forman parte del juego”.
El cuanto a esa línea argumental básica, la protagonista de la obra es Gracia, una mujer nacida a principios del siglo XVI que se ve atraída por los lances y las vidas que estaban reservados exclusivamente a los hombres. No obstante, a riesgo de meterse en graves problemas, ella tratará de conducir libremente sus pasos por el mundo. “Es la historia de la venganza de una mujer en un mundo de hombres –afirma el director-. Nos hemos fijado en textos clásicos que hablan de esas mujeres que se travestían, como por ejemplo La monja alférez, para poder hacer las cosas que no les permitían hacer. Al final –dice entre risas- nos ha salido una especie de comedia de aventuras que puede verse como una mezcla de Kill Bill con el Siglo de Oro”.

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