Juan Mayorga suma a José Sacristán a su "Colección"

Siempre hay una chispa que da origen a las obras de Juan Mayorga, casi como un big bang. Esta vez, para La colección, todo empezó en una entrevista a un matrimonio de ancianos. Él decía, repite el académico: “Es lógico que teniendo la edad que tenemos y no teniendo hijos, la gente pregunte por el destino de nuestra colección”. Fue suficiente para que el dramaturgo se imaginase la obra que presenta ahora en el teatro que dirige, La Abadía. “Esa frase fue un resplandor. Me llevó a imaginar una obra sobre el matrimonio, la herencia y nuestro misterioso vínculo con esos objetos que vamos reuniendo a lo largo de nuestra vida y que nos sobrevivirán”, añade.

Aun así, reconoce que es una obra que le costó terminar. “Ha sido un proceso de escritura largo”. Aquello que imaginó de inició ha ido cambiando hasta hoy, cuando, ya sí, se ha dado cuenta de que la pieza trata sobre “el amor y la muerte”, “los temas fundamentales del teatro desde su origen”.

Mayorga siempre hace hincapié en que “las obras nunca se terminan”, y es por ello que señala el fin de “la primera versión” en los primeros días del confinamiento de 2020. Una vez llegado a término, asegura que envió el texto a la gente “como señal de vida” y también “como gesto de que, a pesar de todo lo que teníamos, había que seguir trabajando”.

Pero no fue hasta marzo de 2022 cuando llegó el siguiente capítulo de esta Colección. El director, recién llegado a La Abadía, se fue a la Sala Juan de la Cruz, la principal, a simplemente contemplar el espacio. Y fue cuando visualizó la pieza sobre esas tablas: “Debía ser aquí”, recuerda de una empresa que le ha llevado a José Sacristán. Llamó al actor “como el que escribe una carta a los Reyes Magos”, dice, y se cumplieron sus peticiones. El de Chinchón aceptó formar parte del elenco (junto a Ana Marzoa, Zaira Montes e Ignacio Jiménez).

Asegura el intérprete que pasar de Delibes a Mayorga es un ejercicio que le rejuvenece y le permite “estar espabilado”. Cambia “la inmediatez, la proximidad, lo conocido” del autor de Señora de rojo sobre fondo gris a “la imprecisión” del que ahora es su director. “Una pirueta”, añade.

La colección es la historia de una pareja: Héctor (Sacristán) y Berna (Marzoa) son un matrimonio sin hijos, y a lo largo de su vida han reunido una colección a la que sacrificaron todo lo demás. Ahora, ancianos, quieren asegurarse de que su colección los sobreviva, para lo que buscan un heredero. Han convocado a Susana (Montes), coleccionista a su vez, acaso para examinarla. Los acompaña Carlos (Jiménez), quizá un examinador, o una pieza de esa misma colección. “Tratamos de la humanidad en sí misma”, resume Sacristán antes de que Montes defina la obra como “heridas, fracasos, olores, la vida...”.

Se emociona Marzoa al hablar de la pieza –“ha sido mucho tiempo sin tener un trabajo tan importante y esto ha sido algo que iluminó mi vida, un salvavidas”–, pero se detiene en “el lenguaje” que emplea Mayorga: “Es una de las cosas más importantes, más en esta época en la que se están asesinando las palabras. La palabra es el paso más grande hacia la libertad”.