Vicky Peña, una lección magistral: "Se nos olvida que somos trabajadores"
La actriz barcelona ha puesto el broche de oro al curso de la Escuela de Teatro de la Universidad Internacional de Andalucía reivindicando la importancia del doblaje
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La actriz Vicky Peña (Barcelona, 1954) ha puesto el broche de oro a la edición de 2024 de la Escuela de Teatro de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) con una lección magistral sobre su profesión: "A veces se olvidan, y nos quedamos mucho en que somos artistas y se nos olvida que también somos trabajadores". En su intervención, en la sede Antonio Machado de Baeza (Jaén), la intérprete ha reflexionado sobre su trayectoria y el ejercicio de su profesión y ha contado al alumnado de esta escuela de teatro que dirige Nieves Pérez Abad y coordina César Oliva Bernal, "cómo es ese ejercicio, esa carrera sin fondo que vivimos, este continuo aprendizaje…
Hija de los actores Felipe Peña y Montserrat Carulla, la actriz comenzó su carrera en 1974, en el teatro. Su primera película fue "Cambio de sexo", de Vicente Aranda, aunque su popularidad inicial se la debió a la televisión y al escenario. En 1975 intervino en la serie "La señora García se confiesa", con Adolfo Marsillach, y un año después participó en la obra "Tirante el Blanco". En 1986 hizo su primer papel protagonista en "A Electra le sienta bien el luto", basada en la obra de Eugene O'Neill. Su trabajo en "Secretos del corazón", en 1997, le hizo candidata al Oscar. Tiene en su haber cuatro premios Goya y una nominación a la mejor actriz de reparto.Volvió a estar nominada en la misma categoría con la película "El cónsul de Sodoma" (2009), de Sigfrid Monleón.
Por su trabajo en teatro también ha sido galardonada. Peña se siente afortunada y ha subrayado en este acto "la suerte que he tenido de trabajar en medios tan distintos como el teatro, la televisión, el cine y el doblaje". Ha destacado especialmente su labor como actriz de doblaje por el gran aprendizaje que supuso. "Es una disciplina que está muy poco valorada; más bien, denostada, a pesar de que para un actor es una formación estupenda".
La artista ha aprovechado la clausura del curso para resaltar las circunstancias personales, el tipo de trabajo que se realiza en un escenario o los aspectos laborales de la profesión, "que a veces se olvidan, y nos quedamos mucho en que somos artistas y se nos olvida que también somos trabajadores". No obstante, ha matizado que no le gusta ni dar consejos ni recetas. "Simplemente quiero explicar lo que me ha pasado, cómo lo he vivido y saber que a los alumnos no les va a pasar eso, porque cada uno tiene su vida y su propia experiencia, pero sí se pueden sacar conclusiones y tener algunos puntos de referencia".
A pesar de sus 50 años en la profesión, no se considera "un referente para nada", solo espera dejar en el alumnado de la Escuela de Teatro "algún aroma, alguna pista que en algún momento de su ejercicio profesional le pueda servir".
Por último, Vicky Peña ha manifestado que le parecen "admirables" proyectos como la Escuela de Teatro de la UNIA, "capaces de conjuntar y conjugar capacidades, gentes distintas y ponerlas en contacto con personas que quieran aprender o que necesitan saber. Siempre he creído que es una manera muy mágica de poner en común conocimientos".
La Escuela de Teatro de la UNIA ha contado en esta edición con cuatro cursos/talleres: "El actor/la actriz frente al clown", impartido por Antón Valén; "La memoria de un objeto. Creación escénica para directores/as, dramaturgos/as e intérpretes", por Laila Ripoll y Mariano Llorente; "Método y teatro de creación para actores", a cargo de Brian Rhinehart y César Oliva Bernal, y "Teatro foro. El teatro como herramienta para la intervención educativa y social", impartido por Lucía Miranda.