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Tócala otra vez, Coltrane

«The Lost Album», una grabación realizada en 1963 por el saxofonista y de la que no había rastro.

El mítico saxofonista decía: «Empieza una frase por la mitad y ve al principio y al final al mismo tiempo»
El mítico saxofonista decía: «Empieza una frase por la mitad y ve al principio y al final al mismo tiempo»larazon

«The Lost Album», una grabación realizada en 1963 por el saxofonista y de la que no había rastro.

Estaba en la cumbre de su carrera. John Coltrane (Carolina del Norte, 1926 - Nueva York, 1967) ya había madurado su estilo y en 1963 estaba asomando el saxofonista que grabaría «A Love Supreme» (1964). Coltrane era reclamado para tocar a lo largo y ancho del globo y su calendario apretaba. El 6 de marzo, él y su cuarteto tocaban durante dos semanas completas en Birdland, el legendario club de jazz de Nueva York bautizado en honor de Charlie Parker en una noche donde interpretaron «Vilia» un tema que acabaría después en algunas recopilaciones, pero que aquella misma mañana él y su banda habían registrado en una sesión de la que no se tenían noticias. Fue en los estudios Van Gelderde Nueva Jersey, y aquella mañana no tocaron estándares sino algunas piezas nuevas que Coltrane quería probar. De la sesión había un master y al menos un par de copias, pero se perdió el rastro de las tres. Una de ellas ha esperado 55 años para ver la luz en «Both directions at Once: The Lost Album», que aparece publicado hoy.

Ahora sabemos que fue el propio Coltrane el que se quedó una de esas cintas. Se la mostró a su mujer, Juanita Naima Grubbs, que custodió la grabación para olvidarse de ella enseguida. Esto es algo normal, ya que solo durante 1963, Coltrane publicó 9 referencias, la mayor parte de ellas en directo, con la excepción del clásico «John Coltrane & Johnny Hartman», quizá el disco de estudio más exitoso en ventas de la carrera del saxofonista. Lo más increíble es que Coltrane y su cuarteto (McCoy Tyner, Jimmy Garrison y Elvin Jones) grabaron el disco con Hartman la mañana siguiente. Con razón nadie se acordaba de esa sesión que quedó sin nombre y con algunos temas a medio bautizar. Por entonces, el productor Bob Thiele, del sello Impulse! que ahora lanza la referencia perdida, le proponía trabajos con gancho comercial, con alguna temática o colaboración que hiciera más digerible y mercantilizable una música que empezaba a radicalizarse. De hecho, ese mismo año, Coltrane editaría un álbum en colaboración con Duke Ellington. Pero cada vez se mostraba menos transigente con ese tipo de experimentos, se estaba enfrascando en la búsqueda de su camino.

Dos direcciones a la vez

Coltrane y Naima se divorciaron y la cinta quedó olvidada hasta la muerte de ésta. Su hija Antonia (que no era de Coltrane, pero que adoptó en el matrimonio) recibió en herencia algunas cajas y «voilá», esta grabación que, por suerte se encontraba en perfecto estado. Se puso en contacto con el sello y Ravi Coltrane, saxofonista e hijo del autor con su segunda mujer, Alice McLeod, dirigió las operaciones de rescate. Así, han llegado 14 temas, la mitad editados en la versión estándar y algunas tomas alternativas para la Deluxe. Las canciones originales aparecen sin titular, como las dejó el propio Coltrane, con los enigmáticos «Untitled Original 11383» y «Untitled Original 11386», y junto a ellas hay variaciones de su repertorio como «Slow Blues», «One Up, One Down» e «Impressions». En la sesión también incluyeron versiones como una muy concentrada de «Nature Boy». Asimismo, incluyeron «Vilia», extraido de la opereta de Franz Léhar «La viuda alegre».

El hijo de Coltrane aseguraba en una presentacióna a la Prensa que, en ese momento de su carrera, su padre atendía a muchos frentes al mismo tiempo movido por su exigencia creativa. Trataba de llevar su música más allá tanto en composición, como en experimentación, desarrollo instrumental expresionismo, y, finalmente, sin desatender su compromiso con la América negra, envuelta en protestas por sus derechos e indagación sobre su identidad. «Nos pareció ideal que el título del álbum llevase una idea que fuera producto de la charla entre los dos mejores saxofonistas de la época», explicaba Ravi. El propio Shorter escribe unas líneas en el folleto del disco y explica que el título es parte de un consejo que le dio Coltrane sobre composición: «Se trata de empezar una frase por la mitad y tratar de ir al principio y al final al mismo tiempo».

Y es que desde que en 1957 Coltrane publicase su debut como solista, homónimo, hasta su fallecimiento una década después, el saxofonista se enfrentó a todos los desafíos de una música, el jazz, que se hallaba en su momento clave. Del «hard bop» al «free jazz», ningún desafío le pareció poco interesante para seguir expandiendo su sonido. En el momento de la grabación, faltaban dos años para «Crescent», el disco en el que abrió su cuarteto a una big bang de forma experimental y de mentalidad espiritual, y que ya le abría el camino del «free jazz». Así que, quizá esta grabación explique alguno de ese camino. El cuarteto se muestra en el final de su fase estable, probando estructuras e impresiones, haciendo un blues extraño. Entre el «bebop» del pasado y la espiritualidad a la que se dirigía, este fue un hito de paso hasta la gran obra maestra, «A Love Supreme», que editaría al año siguiente.