La novillada

García Pulido exhibe su gran clase y corta una oreja de peso en Madrid

El espada cortó una oreja a su segundo oponente en un festejo de distintas ganaderías

García Pulido exhibe su gran clase y corta una oreja de peso en Madrid
García Pulido exhibe su gran clase y corta una oreja de peso en Madrid Plaza 1

Guillermo García Pulido cortó hoy una oreja de peso en el primer festejo de la feria de la Comunidad de Madrid celebrado en Las Ventas, una interesante novillada de seis ganaderías madrileñas en la que también destacaron varios de los utreros que saltaron al ruedo.

El más completo fue, sin duda, el primero de García Pulido, de Montealto, con el que mostró la gran clase que atesora este novillero y el torero que está llamado a ser, primero por los conocimientos que demostró a la hora de elegir terrenos y distancias, y por echarse de primeras la muleta a la izquierda, lado por el que el novillo, de un temple exquisito, ya había enseñado en el capote que se desplazaba con una gran profundidad.

Y por allí surgieron varias series de naturales de exquisito trazo, enganchándolo con los vuelos de la muleta para pasárselo muy cerca y llevarlo muy despacio, muy toreado y hasta detrás de la cadera.

Todo con gran serenidad y muy asentado, hasta en el toreo a derechas, donde consiguió también reducir todavía más las enclasadas embestidas del animal, que acabó totalmente entregado, y a más, como la faena del toledano, que volvió a esculpir soberbios naturales antes de un epílogo por bernadinas y una gran estocada. Oreja de ley, como también lo fue la ovación al de Montealto en el arrastre.

Lástima que no pudiera redondear un triunfo mayor con el blando y claudicante quinto, de El Retamar, con el que, no obstante, volvió a mostrar lo bien que le funciona el coco a este novillero, que hizo las cosas con suma suavidad y a la altura precisa. Pero sin materia prima propicia, aquello fue imposible.

Víctor Cerrato dejó momentos estimables en el toreo en redondo frente a su primero, un buen novillo de Villanueva al que, sin embargo, no acabó de apurar del todo el espada de Leganés. Y es que la faena, argumentada en la actitud y en la entrega, duró lo que duraron las inercias de las embestidas del utrero, pues cuando hubo que tirar de él, la labor ya fue irrefrenablemente a menos.

El sexto fue un novillo muy brusco y deslucido de Zacarías Moreno, con el que Cerrato anduvo voluntarioso pero sin poder resolver absolutamente nada. Eso sí, el estoconazo que cobró tras salir aparatosamente por los aires fue de impresión, tanto que hasta le pidieron la oreja solo por este suceso, lo que animó también al chaval para pegarse después una vuelta al ruedo por su cuenta.

Álvaro Seseña debutó en Madrid con un novillo de Guerrero Carpintero que manseó en el primer tercio y al que le faltó clase y entrega en la muleta. El de Aranjuez anduvo por ahí, queriendo, pero sin acabar de encontrar la tecla precisa. Además anduvo muy desacertado con los aceros.

El cuarto, de Ángel Luis Peña, salió como un obús de chiqueros, de ahí el mérito que tuvo la portagayola y los dos faroles de rodillas del recibo de Seseña, que, tras dos pendulazos en la apertura, se mostró templado y hasta logró algún natural aislado de buen corte dentro de una faena algo amontonada y que no pasó del disparadero ante un animal que se dejó mucho, sobre todo por el lado izquierdo.

FICHA DEL FESTEJO.- Novillos de seis ganaderías madrileñas que salieron por el siguiente orden: Guerrero y Carpintero, con la cara muy suelta y sin entrega; Montealto, con temple y mucha clase; Villanueva, noble y repetidor; Ángel Luis Peña, manejable y con un buen pitón izquierdo; El Retamar, inválido; Zacarías Moreno, muy brusco y deslucido.

Álvaro Seseña (azul noche y oro): dos pinchazos, metisaca, nuevo pinchazo y estocada que hace guardia (silencio); tres pinchazos y estocada baja (silencio tras aviso)

Guillermo García Pulido (malva y oro): gran estocada (oreja); cuatro pinchazos, estocada que hace guardia y descabello (silencio tras aviso).

Víctor Cerrato (sangre de toro y azabache): pinchazo y estocada (ovación); estocada fulminante saliendo por los aires (vuelta al ruedo por su cuenta tras petición de oreja).

En cuadrillas, José Chacón y Vicente Herrera saludaron tras banderillear al tercero.

La plaza registró un tercio de entrada, 10.109 espectadores, según la empresa.