Guillermo Hermoso, con el mejor rejoneo, y Armendáriz, triunfan bajo la lluvia en Pamplona
La corrida de rejones se celebró en medio de la tormenta y bajo una intensa lluvia que obligó a la suspensión a la muerte del quinto toro
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Los jinetes navarros Roberto Armendáriz y Guillermo Hermoso de Mendoza, que hizo el mejor rejoneo de la tarde, triunfaron hoy en el segundo festejo de los Sanfermines, una corrida de rejones que se celebró en medio de la tormenta y bajo una intensa lluvia que obligó a la suspensión a la muerte del quinto toro.
En ese momento, entre cierta confusión y los tendidos despoblados, los tres jinetes salieron al tercio a despedirse, solo que Guillermo Hermoso no quiso ejercer su derecho a salir a hombros tras haber cortado las dos orejas del único toro que pudo lidiar, pero sí lo hizo su paisano Armendáriz, quien, tras pasear un apéndice de cada uno de los de su lote, sí que se fue así por la puerta del encierro.
Pero, más allá del detalle final, el mejor toreo a caballo de la tarde lo hizo Hermoso hijo, al que le cupo en suerte en tercer lugar un excelente toro de Carmen Lorenzo que no dejó de galopar con clase, aunque el de Estella estuviera con él desafortunado en el inicio de faena, pues pasó en falso con el rejón de castigo y vio luego como su caballo "Ecuador" rehusaba el encuentro con el toro hasta en tres ocasiones.
La solución fue recurrir a "Berlín", la estrella de su cuadra que antes lo fue de la de su padre, porque el castaño no le falló para cuajar la primera parte de un soberbio tercio de banderillas, clavando con él, como luego repitió sobre "Malbec", con garra, pureza y ajuste, y adornándose además con apuradas piruetas y unas milimétricas "hermosinas", pasando los cuartos traseros del caballo por los pitones del toro una y otra vez.
Solo por eso, que fue mucho, se le concedieron las dos orejas de ese único que mató bajo la tormenta y que fue premiado a su vez con la vuelta al ruedo en el arrastre.
Armendáriz, por su parte, obtuvo un trofeo al final de cada una de sus faenas, el primero de otro soberbio ejemplar de Carmen Lorenzo, que galopó con clase y ritmo mientras arreciaba la lluvia y el navarro intentaba acoplarse, con suerte desigual, aunque conectando especialmente con el tendido cuando clavó dos banderillas tras haberle quitado el cabezal a su caballo "Rubí".
La otra oreja se la dieron del quinto, un sobrero de El Capea que sustituyó a un titular que se descordó de salida, con el ruedo convertido ya en una auténtica laguna. El mérito de Armendáriz fue poder lidiar con cierta tranquilidad a otro toro de buen juego en ese escenario, a riesgo de que cualquier resbalón en el fango podía tener pésimas consecuencias. Debió ser por eso, aunque pinchara en tres ocasiones con el rejón de muerte, por lo que el público de la tierra le quiso recompensar con generosidad.
Quien se fue de vacío fue Pablo Hermoso de Mendoza, el auténtico culpable del "boom" del rejoneo navarro y de que se sigan celebrando este tipo de corridas en los Sanfermines. Pero al maestro le tocaron esta vez dos "murubes" de muy escasa raza, uno con querencia a chiqueros y otro muy parado, con los que volvió a dar otra lección de buena lidia y manejo de los terrenos, para poder así clavar con su clásica facilidad... salvo con el rejón de muerte, con el que falló más de la cuenta.
Jueves 6 de julio. Plaza de toros de Pamplona. Segundo festejo de las fiestas de San Fermín, con lleno total en los tendidos (unos 20.000 espectadores), en tarde de tormenta y lluvia intensa desde la lidia del primer toro.
Cuatro toros de Carmen Lorenzo y dos de El Capea (4º y 5º, sobrero), despuntados para rejones, desiguales de volumen y de muy buen juego en general, salvo el lote de Pablo Hermoso, el más desrazado. Al tercero, "Calderillo" de nombre, se le dio la vuelta al ruedo en el arrastre.
Pablo Hermoso de Mendoza, con casaca marino y plata: metisaca trasero, tres pinchazos y descabello (silencio); medio rejón, pinchazo y descabello (silencio).
Roberto Armendáriz, con chaquetilla negro y plata: rejonazo trasero (oreja); tres pinchazos y rejonazo muy delantero (oreja). Salió a hombros por la Puerta del Encierro.
Guillermo Hermoso de Mendoza, con chaquetilla burdeos: rejonazo trasero contrario y descabello (dos orejas). No uso su derecho a salir a hombros.
La corrida se suspendió a la muerte del quinto toro con el ruedo totalmente encharcado.