Impugnación

Nautalia tumba una cláusula clave del concurso de La Malagueta

El Tribunal de Recursos Contractuales obliga a rehacer el pliego de condiciones por limitar la competencia en la adjudicación de la plaza de toros de Málaga

Imagen de la plaza de toros de La Malagueta
Imagen de la plaza de toros de La Malaguetalarazon

La Malagueta sigue sin encontrar la calma. La nueva licitación para gestionar la plaza de toros de Málaga, que ya tuvo que ser anulada por un defecto de forma, sufre otro varapalo, pues el Tribunal Administrativo de Recursos Contractuales ha estimado parcialmente el recurso presentado por Nautalia, una de las grandes empresas del sector, gestora de Las Ventas y la plaza de Valencia. El motivo: una cláusula considerada "desproporcionada y restrictiva" que exigía acreditar la gestión de al menos tres plazas de primera o segunda categoría durante los últimos tres años.

Esa condición, ahora anulada, dejaba fuera a gran parte de los operadores taurinos, incluidos gigantes como la Empresa Pagés o la propia Nautalia, a pesar de su sólida trayectoria. El Tribunal ha ordenado la retroacción del proceso y la redacción de una nueva cláusula de solvencia técnica que no limite artificialmente la competencia. La Diputación tendrá que modificar el pliego y volver a aprobarlo en pleno, lo que podría retrasar el calendario hasta diciembre.

Este varapalo no llega solo. Antes del fallo a este recurso de Nautalia, la Diputación ya había tenido que anular la convocatoria por un defecto de forma en la configuración de los sobres. Un error técnico, pero de consecuencias graves: los licitadores no podían completar la solicitud y el concurso quedó bloqueado. Dos fallos en cadena que ponen en duda la solvencia del proceso administrativo justo cuando La Malaguetaa se acerca a su 150 aniversario.

La paradoja es que la feria de Málaga venía de firmar una temporada de alto nivel, incluso superando en impacto mediático a Bilbao. Pero lo que apuntaba a consolidarse como uno de los ciclos taurinos de referencia, ha caído en un bucle burocrático donde las decisiones de la Diputación han abierto más frentes que soluciones. Primero fue la no renovación de José María Garzón y ahora, el caos con los pliegos.

En juego no está solo la gestión de una plaza, sino la viabilidad de una expresión cultural con fuerte arraigo en Andalucía. Empresas como Simón Casas (junto a Javier Conde), Tauroemoción, Carlos Zúñiga, BMF, Lances de Futuro y la Casa Matilla siguen a la espera. Pero cada día que pasa sin pliego aprobado es un día menos para planificar la temporada de 2026.

Así, La Malagueta vive un momento de incertidumbre que contrasta con el nivel artístico que ha recuperado en los últimos años. De lo taurino se ha pasado a lo administrativo, y el futuro inmediato depende más de los despachos que del ruedo. Málaga sigue esperando, con una plaza en silencio y una cuenta atrás que no se detiene.