En el recuerdo

El toreo no se olvida de Víctor Barrio

El mundo del toro recuerda hoy al torero segoviano, han pasado siete años desde la tragedia de Teruel, pero su memoria seguirá viva eternamente

Victor Barrio.
Victor Barrio.C BejaranoLa Razon

La imagen por estos días, y mucho más hoy, es recurrente. Las fotos de Víctor Barrio inundan las redes sociales y el recuerdo se hace vivo. Todavía parece mentira que, en los tiempos que vivimos, los toreros puedan, literalmente, dar su vida por el toro, por una pasión, por un ideal… por el arte.

Víctor, con su sinceridad de siempre y aquella sonrisa limpia, aparece de nuevo hoy para recordarnos que sólo se vive una vez y que sólo vale la pena aquello que se hace desde el corazón. Porque él, sin haber sido figura ni haber disfrutado las mieles del toreo, ni de haber podido entrar en todas las grandes ferias, era feliz siendo torero, viviendo su profesión al máximo, entregándose por completo a lo que hacía porque lo hacía con el corazón.

Su muerte en 2016 despertó toda clase de reacciones y, curiosamente, aquellas que fueron absolutamente desdeñables por el odio que despidieron ante el dolor de la familia del torero, sirvieron para que Víctor nos echara un último capote desde el cielo y nos abriera los ojos para empezar a poner barreras legales, porque no todo vale.

Y es que el torero de Grajera fue un torero distinto, uno cuya ambición personal no superaba en ningún momento a su generosidad. En él estaban primero los demás, incluso en el toreo, porque ahora que todos parecen mirar exclusivamente por su propio bien, él era de los muy pocos que miraba más allá, que quería y se comprometía de verdad con una tauromaquia más abierta a todos los públicos, más cercana, más del pueblo del que nació.

Aquella frase tan suya, “la tauromaquia no hay que defenderla, sino enseñarla” nunca la dijo la dijo de dientes para afuera, sino que la puso en práctica todos los días. Y hoy, la Fundación que lleva su nombre mantiene la misma filosofía. Ojalá muchos profesionales que hoy ponen su foto en las redes sociales siguieran su ejemplo, igual que nosotros desde nuestros propios trabajos. Seguro que nos irían mejor las cosas.

Hoy en Madrid, su plaza, aquella en la que toreó hasta en 11 tardes, seis de ellas como novillero, la misma en la que tomó la alternativa un 8 de marzo de 2012, con El Fundi como padrino y Juan del Álamo de testigo, y toros de José Luis Pereda, le recordará con un minuto de silencio tras el paseíllo y, probablemente, alguna flor en ese mural que descansa cerca de la puerta grande.

Y Teruel, su destino final. Allí también se le ha rendido homenaje cada día de toros, en cada puerta grande. Lo hizo Diego Ventura primero tras su puerta grande y dedicarle su triunfo, “Porque el toreo es cosa de héroes”.

Roca Rey quiso tener un recuerdo y unas bonitas palabras en su memoria. "Muchas veces no es fácil vestirse de torero y más sabiendo que en esa misma arena alguien entregó la vida… Pero es justamente eso y ellos, aparte de tus sueños los que te ayudan a poder cruzar esa línea que es tan gruesa como verdaderamente invisible e imaginaria… Gracias Teruel y Gracias Víctor Barrio, así como a cada compañero que le ha tocado pagar con su vida la grandeza de ser torero! ¡Gracias de verdad porque nos hacen fuertes e indestructibles! También agradecido a la vida por cada segundo que me da… Ninguna más emocionante y apasionante que ella!!!"

También los toreros que no cruzaron por la puerta grande habrán tenido un momento de intimidad para recordar al segoviano, sobre todo Morenito de Aranda, quién sí que salió a hombros el día de ayer, pero que habrá preferido guardar ese homenaje para él. Porque Jesús fue amigo personal de Víctor y estuvo allí, en Teruel, toreando con él y con Curro Díaz la tarde de la tragedia. Fue Morenito quien ayudó a desvestir al cuerpo ya sin vida de Víctor en la camilla de la enfermería con la esperanza de que todavía pudiera hacerse algo por salvarle.

Madrid, Teruel, muchas más plazas de toros, en cualquier instante, sin razón alguna, cualquier día, siempre será un buen momento para recordar a Víctor, su sinceridad, su sonrisa limpia, sus enseñanzas. Desde 2016, en el toreo, todos los días son 9 de julio.