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Coronavirus

Muere Lorenzo Sanz víctima del coronavirus, el hombre que llevó el Real Madrid al color

Ayer el expresidente blanco murió a los 76 años al no haber podido superar el virus por el que ingresó el pasado martes en la UCI del Hospital Jiménez Díaz

Lo bueno del tiempo, lo bueno del olvido es que deja lo mejor de cada uno, los logros que se consiguieron, en algunos casos, hitos. Y Lorenzo Sanz tiene uno definitivo, uno que marcar su vida pública y puede que personal, por encima de todo: con él de presidente el Real Madrid regresó a Europa, a la victoria, a su competición 32 años después, cuando ya dos generaciones de madridistas (si hacemos caso a eso de que cada generación surge a los 15 años) no habían visto y no podían ni imaginar lo que significaba ser campeón de Europa. El Real Madrid había ganado la última en 1966, en blanco y negro. Con Lorenzo Sanz, el Real Madrid llegó al color.

Ayer murió a los 76 años al no haber podido superar el coronavirus por el que fue ingresado en la UCI del Hospital Jiménez Díaz el pasado martes.

Su presidencia fue un tiempo tumultoso, con un Madrid económicamente en precario y dificultades y sin embargo, logrando lo que otro equipo, años antes, no había conseguido. La Quinta del Buitre, que armó Ramón Mendoza, un presidente carismático y del que Lorenzo Sanz fue vicepresidente, ganó cinco Ligas seguidas y se convirtió en un fenómeno social e irrepetible. Pero La Quinta, Butragueño o Míchel, dos instituciones en la historia blanca, se quedaron sin Copa de Europa. Tuvo que ser Sanchís, el que más aguantó, quien levantara el trofeo. Sanchís, con Heynckes en el banquillo, una plantilla conocida como la de los Ferrari, que salía en la prensa deportiva y también en la prensa del corazón y con Lorenzo Sanz de presidente.

Estuvo en la directiva de Ramón Mendoza, pero le sustituyó en una moción de censura en 1995 y logró la presidencia del club, lo que les distanció. En sus cinco años al mando del club sus dos Champions (más una Liga, un Intercontinental, un Supercopa de España y yna Liga y una Recopa de balocesto) son la marca que perdurará más allá de su muerte. Sanz mezcló el éxito rotundo de los títulos y fichajes deslumbrantes: Capello en el banquillo, Suker, Mijatovic, Roberto Carlos... con otros que quedarán en la memoria de los más frikis del fútbol, lo que fueron jóvenes en aquella época: Petkovic, Ognjenovic, Freddy Rincón o un desconocido Canabal.

Su segunda Copa de Europa, en París, contra el Valencia y con Vicente del Bosque como entrenador le llevó a cometer el principal error en su etapa al mando del conjunto blanco. O al menos el error que pagó más caro: le quedaban dos años como presidente, pero decidió adelantar las elecciones.

Llegó Florentino Pérez, con Figo debajo del brazo y con el voto por correo. Sanz no lo esperaba: había vivido los rumores sobre su mandato, había vivido crisis del primer equipo, pañoladas y guerras en su directiva, pero pensaba que la Copa de Europa lo borraba todo.

Perdió.

Durante un tiempo, Florentino Pérez y él estuvieron distanciados, como si no pudieran olvidar lo que se dijeron durante esa campaña y en la de después, cuando en 2004 Lorenzo Sanz se volvió a presentar. Pero esos puentes se restablecieron y la relación era cordial y grata.