Atlético-Elche (3-1). Victoria del líder de la Liga con dos goles de Suárez y uno de Diego Costa

Un anuncio que las televisoras emiten de forma recurrente en los descansos de los partidos proclama que “el fútbol es descomplicado”. Y a fe que lo es. En ocasiones, nos afanamos en buscar explicaciones complejas para asuntos que no dan demasiado de sí, como por ejemplo… ¿Por qué lidera el Atlético la Liga con cierta comodidad y por qué el Barcelona, el gran dominador de los últimos años, pena en la entreplanta? Podría aludirse a la trayectoria oblicua de las carreras de los dobles laterales que alinea Simeone para ejercer una presión centrípeta sobre la salida de balón del rival, opción táctica que aventaja a la filosofía de Koeman, quien coloca a sus centrocampistas en disposición de paralelepípedo elástico. Naranjas de la China. Uno tiene a Luis Suárez y el otro se ha quedado con Braithwaite. ¿Resultado? Un cerro de puntos a favor de adivinen quién.

El delantero uruguayo, camino de los 34 años y con su cuerpo herido tras tres lustros en la élite, sigue constituyendo en sí mismo un factor diferencial, como comprobó el Elche en su visita al Wanda Metropolitano. Jorge Almirón, entrenador argentino conjunto ilicitano, afrontó el partido también con un loable afán simplificador y ordenó una defensa por amontonamiento que sólo cedió ante el catálogo de recursos en el área que mostró Luis Suárez, autor de dos goles al rematar sendos centros rasos, uno desde cada costado: el primero anticipando a los rivales en el primer palo y el otro haciéndose invisible e indetectable para surgir en el segundo poste.

A los dos minutos, el charrúa anunció que le iba a complicar el mediodía a los defensas, especialmente al debutante John Donald, a quien tomó la espalda para recoger un pase interior de Joao Félix. El joven central cometió penalti pero lo revocó la posición adelantada de Suárez. En su siguiente encuentro, cuando los blanquiverdes ya entreveían el descanso, se resolvió a favor del delantero, que se adelantó a su marcador para rozar un centro de Trippier lo justo para despistar a Edgar Badía.

Ya en la segunda parte, Carrasco mandó un balón muy tocado al área y el matador hizo su trabajo con el tanto llamado de la tranquilidad, en principio, aunque aún habrían de pasar algunas cosas.

Un 2-0 en casa del Atlético de Simeone suele ser disuasorio de remontado, pero no para este Elche animoso, un recién llegado a Primera sin intención de volver a coger el ascensor. A la salida de un córner y con media hora por delante, Lucas Boyé cazó una prolongación de Tete Morente –un magnífico interior ambidextro con nombre de cantaor y pasado en la cantera colchonera– para acortar distancias y alarmar a los locales, que no llegaron a sentir miedo porque Estrada Fernández acudió en auxilio del grande para pitar penalti por el roce de un pie en el brazo de Diego Costa quien, desde los once metros y esta vez sí, liquidó el partido.

Justo antes, Savic había dado una patadita similar en un salto para despejar, en una acción que ni por asomo se planteó ningún miembro del equipo arbitral castigar. Lo de siempre.

Estos son los once elegidos por Diego Pablo Simeone para arrancar el partido del Atlético ante el Elche en el Wanda Metropolitano: Oblak; Trippier, Savic, Mario Hermoso, Lodi; Koke, Llorente, Carrasco, Lemar; Joao Félix y Luis Suárez

Diego Costa ya está recuperado después de varias semanas lesionado, pero de momento va a esperar su oportunidad en el banquillo para reaparecer.

También está ya decidida la alineación del Elche de Almirón para visitar el Metropolitano.