Un partido que no tuvo demasiada historia el de segunda ronda de Rafa Nadal en el Open de Australia. El estadounidense Michael Mmoh nunca pudo con el ritmo de bola del español, que le superó por 6-1, 6-4 y 6-2 sin despeinarse en una encuentro con una desagradable anécdota: una aficionada la tomó con el español y le dedicó varias peinetas, la montó hasta que la echaron de la Rod Laver Arena. Rafa hasta se lo tomó con humor, con una sonrisa irónica.

El incidente fue cuando sacaba para llevarse el segundo set. Mmoh, joven de 23 años, número 177 del mundo, se vio desbordado por el número dos. Era una bola por encima de la red, otra... Y a la tercera o la cuarta ya llegaba tarde, la dejaba corta y era dominado por el zurdo. Le aplastó durante gran parte del encuentro contra la valla de atrás. Le hizo retroceder, jugar demasiado lejos de la línea de fondo, para tener un partido plácido. Mmoh ganó el primer juego al saque, pero no sumó más en el set inicial. Viendo la tormenta que le estaba cayendo, fue un poco más agresivo, buscó más la red y mejoró, pero no lo suficiente para incomodar al Rafa, que soltaba su derecha cada dos por tres en una jornada disputada bajo techo, porque llovia en Melbourne.

Nadal tuvo otro partido rápido (1 hora y 47 minutos), lo que es una buena noticia para su espalda. Tiene una lumbalgia desde antes de que comenzara el Grand Slam y necesita tiempo para ir recuperándose. Le molesta en el servicio, pero va a más. Lo necesita para cuando lleguen rivales de más nivel. El próximo, siempre en teoría, tampoco debería suponer un obstáculo demasiado difícil: será el británico Norrie, de 25 años, número 69 del mundo y contra el que nunca se ha enfrentado. Ya después vendrían los Fognini o De Miñaur, Tsitsipas, Medvedev (verdugo en segunda ronda de Carballés: 6-2, 7-5 y 6-1)...