En forma
El ingrediente secreto de la cerveza que la convierte en una aliada de los atletas
Según varios estudios científicos además de rehidratar, previene las agujetas y las lesiones
¿Te apasiona la cerveza? ¿Y hacer ejercicio? Si es así estás de suerte, porque al contrario de lo que mucha gente piensa se ha demostrado que el consumo moderado de cerveza (con o sin alcohol) después de practicar deporte tiene numerosos beneficios para la salud. Gracias a las propiedades de sus ingredientes, su composición de agua, cebada y lúpulo y su bajo contenido en alcohol.
Pero sobre todo porque la cerveza contiene electrolitos (necesarios para la distribución de agua en el cuerpo) y minerales como el potasio, calcio, fosfato, magnesio, sodio, selenio y flúor. Estos elementos son esenciales para la salud ósea, la función muscular y para poder ejercitarse de manera eficaz y sin riesgo de lesiones.
¿Qué son los electrolitos? Los electrolitos son minerales en el cuerpo que tienen una carga eléctrica. Se encuentran en la sangre, la orina, tejidos y otros líquidos del cuerpo y son importantes porque ayudan a equilibrar la cantidad de agua en su cuerpo.
En condiciones normales obtenemos todos los electrolitos necesarios para el equilibrio de nuestro organismo a través de una alimentación equilibrada y saludable, no obstante, no debemos olvidar que la práctica de ejercicio físico moderado e intenso aumenta nuestros requerimientos nutricionales y también de electrolitos.
La nuevas cervezas isotónicas
Pero para potenciar estos beneficios, muchas marcas se han puesto manos a la obra para crear cervezas enriquecidas con electrolitos que la colocan al nivel de las bebidas isotónicas habituales.
La “cerveza isotónica” como ya la han bautizado varias marcas “tiene vitamina B12, es rica en sales minerales, nutritiva y baja en calorías, lo que a priori la convierte en “la bebida ideal para el deporte”. Además durante el ejercicio perdemos electrolitos (todos los minerales, en particular sodio, potasio, magnesio y calcio, que tienen una carga eléctrica positiva y que nuestro cuerpo necesita para realizar ciertas funciones). Recuperarlos de inmediato es algo prioritario y según varios estudios, los minerales que contiene la cerveza pueden sernos de gran utilidad después de una dura sesión de esfuerzo físico. En realidad, aunque en España son todavía poco habituales, en otros países como Estados Unidos se están popularizando las cervezas ‘enriquecidas’ con electrolitos con el objetivo de potenciar aún más esta bebida.
Las bebidas especialmente diseñadas para deportistas deben presentar una composición específica para conseguir una rápida absorción de agua y electrolitos, y prevenir la fatiga
¿Cuándo tomarla si haces deporte?
Según los estudios más recientes, lo ideal es tomar “una cañita” post-entrenamiento al menos en días alternos. También es positivo tomarla justo después de una competición como reveló el entrenador personal de Luka Modric, Vlatko Vucetic. “Beber una o dos cervezas después de un partido es algo positivo para porque un bajo porcentaje de alcohol te relaja, y la cerveza tiene ingredientes muy positivos”.
El 94% de la composición de la cerveza es agua, y tras un entrenamiento intenso reponer líquidos es vital para que el organismo recupere su equilibrio hídrico, pero además constituye una gran fuente de minerales (calcio, cloro, fósforo, yodo, magnesio, potasio, selenio y sodio) que favorecen el equilibrio electrolítico.
Además la cerveza también contiene carbohidratos provenientes de la malta, tiene un gran contenido en maltodextrosa lo que provoca que los niveles de glucosa se mantengan altos y atenúan las respuestas hormonales de estrés.
Durante la práctica deportiva nuestro cuerpo sufre un estado de hipertermia, es decir, un exceso en la temperatura corporal, y para regular dicha temperatura los poros de la piel sufren una vasodilatación y transpiramos.
Pero con el sudor no perdemos únicamente agua, sino también electrolitos y algunos de ellos como por ejemplo el sodio, calcio y potasio están íntimamente vinculados a la función muscular y un déficit de los mismos puede causar debilidad y fatiga muscular, calambres o bien severas contracciones.
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