LaLiga
Atlético, 3-Granada 1. El primer líder de la Liga es Memphis
Un golazo del neerlandés decanta el partido a favor del Atlético cuando el Granada le estaba complicando
Dos toques necesitó el Atlético para empezar el Atlético la Liga 23-24 con victoria. Y más que sutiles fueron contundentes esos toques, primero el de Soyuncu, el nuevo central del Atlético que tiene cara de desayunar niños crudos y que su presentación en sociedad en el Metropolitano fue un pisotón a la pelota para ganarle la acción a Uzuni, y convertir un contragolpe en contra en otro a favor. Le robó la pelota al punta del Granada y se lo dejó a Carrasco, que prolongó para Memphis Depay. El neerlandés también acababa de entrar, estaba muy lejos de la frontal del área, pero en su cabeza apareció la escuadra de la portería de Ferreira. Sin carrerilla, de parado, explotó su bota contra la pelota y la puso donde era imposible para el portero. Un golazo venido del martillo de Memphis que por su belleza valía el primer triunfo del Atlético, al que se le empezaba a complicar la noche avanzado el segundo tiempo. Y se le estaba complicando, principalmente, por la puesta en escena de Samu Omoridion, un armario empotrado de 19 años, que debutaba en Primera y que se estrenó con el gol que en ese momento era el empate. Había mostrado detalles antes de hacer diana, sacando varias faltas a Mario Hermoso, jugando de espaldas y tratando de descargar para alguno de sus compañeros. Un buen trabajo que culminó con un remate al primer toque después de un robo de Gonzalo Villar, que fue aire fresco desde el banquillo para el Granada de Paco López. El argentino se aprovechó de un alarde del Atlético al sacar la pelota muy cerca de su propia portería, sobre todo de Carrasco, que quiso adornarse después de ser, seguramente, el más inspirado de los suyos, y se pasó de frenada. El belga tuvo tiempo para participar después en la previa del obús de Memphis y había sido la luz más brillante de los locales en un primer tiempo en el que el protagonista fue Morata. Estuvo en todas el madrileño que volvió a alimentar esa eterna duda que siempre lo rodea. Aporta mucho trabajo, pero no encuentra el gol con facilidad. Y eso le sucedió en el arranque de la Liga en el Metropolitano. El Atlético salió enchufado, intenso, como si no quisiera repetir los errores de la primera vuelta del curso pasado, pero todo lo que generaban en ataque acababa en su delantero, que no encontraba el premio. Unas veces por Ferreira, el portero del Granada, otras por meterse en fuera de juego o apoyarse en el defensa y hacer falta, y otras por su falta de pólvora. Hasta un penalti pidió Morata del portero del Granada, al que le tocó la pelota y luego hubo contacto, aunque no le pareció suficiente a Pulido Santana, el colegiado.
La única novedad del once de Simeone fue Azpilicueta, que colgó un balón al área cuando el Granada parecía llegar al intermedio empatado. Eso parecía, pero Vallejo, atento hasta ese momento, se convirtió en una farola. La pelota le golpeó a él más que al revés y el remate le cayó a Morata para que por fin encontrara la puntería. Menos tiempo necesitó Memphis después para decidir la suerte del partido y al final, Llorente, convirtió al Atlético en el primer líder del curso 23-24.
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