Vuelta a España

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Enric Mas: «Por ahora no me lo creo»

El español, feliz con su victoria de etapa y el segundo puesto en la general

El español Enric Mas (Quick Step) se impone vencedor de la vigésima etapa de la Vuelta. EFE/Manuel Bruque
El español Enric Mas (Quick Step) se impone vencedor de la vigésima etapa de la Vuelta. EFE/Manuel Bruquelarazon

A Enric Mas lo único que le preocupa ahora es no hacer nada que estropee su Vuelta en el último momento. “Por ahora no me lo creo. He hecho algo muy bonito, ganar en mi segunda casa y estoy muy contento de mi segundo puesto en la general. Queda un día en Madrid. Normalmente es para disfrutarlo, pero tengo algo de nervios para no hacer ninguna tontería y no caerme, por ejemplo”, admite. Al ciclista balear, aunque reside en Andorra, le esperaba arriba toda su familia. Ellos fueron los primeros en felicitarle. También su preparador, el ex ciclista Toni Colom. “¿Dónde está papá?”, preguntaba al recibir los primeros besos de su madre. No lo veía pero ahí estaba también. “Soy un chaval de 23 años que está disfrutando de este deporte. Llevo muchísimos años soñando con hacer estas cosas, ganar etapas, estar en el podio de las grandes. Hoy toca disfrutarlo y mañana también”, asegura.

Mas ganó la etapa, pero nunca pensó en subir al primer puesto de la general. Ni siquiera cuando se quedó Simon Yates y él se marchó hacia delante con Miguel Ángel López. “No sabía que se había quedado hasta que me han dicho que estaba a 15 segundos. Durante toda la subida eran 15 o 20 segundos. Sabía que la general no era posible. Me bastaban 17 o 18 segundos para entrar en el podio. Miguel Ángel tenía que trabajar más. Al final he podido ganar la etapa”, que era en lo que pensaba.

Enric sufrió en la primera semana de carrera. Su peor día coincidió con la subida a La Covatilla, donde perdió 50 segundos. El día siguiente era jornada de descanso y a Mas lo atacó la fiebre. “Al día siguiente era fácil, una etapa de esprint. Pude pasarlo, porque si llega a ser una etapa de montaña me tengo que retirar”, admite. “Me he ido encontrando cada día mejor en la tercera semana. El primer puesto no ha sido posible, pero el segundo está bien”, añade.

Para el ciclista balear empieza ahora una nueva realidad. Hasta ahora corría con la lejana presión de haber sido designado heredero por Alberto Contador. “Me conformo con ganar la mitad que él”, dice. Pero ahora correrá con la presión real del que aspira a ganar en las grandes vueltas. “Estoy muy contento. Me encanta la presión, espero que la coja en el buen sentido y que no me haga mal y pueda soportarla”, dice.

Mas sólo tiene 23 años. Es muy joven para lo acostumbrado. “Antes decían que se explotaba con 27 o 28 años y a lo mejor ahora es un poco diferente”, explica. Su mirada, por el momento, no se frena en la Vuelta. Ya mira al Tour del año que viene. “Ojalá”, dice. “Sabemos que este equipo siempre lleva un esprinter en el Tour y luego uno para la general. Si Patrick [Lefevere, el mánager] está de acuerdo y los direcytores también, me encantaría hacer la carrera porque dicen que es muy diferente al Giro y al Tour”. Para el futuro no se ve en otro equipo. “Me gustaría hacer toda mi carrera en este equipo”, admite. Pero el Quick Step es una escuadra construida para las clásicas y los esprints. Aunque el primer paso es asegurar la estabilidad del equipo. “Las cosas no están muy bien con el dinero, pero sabemos que Patrick tiene reuniones todos los días para encontrar patrocinador”.

Su objetivo ahora es disfrutar las vacaciones, aunque antes tiene que ayudar a Valverde a ganar el Mundial. “Sabemos que Alejandro es un corredor que nunca falla en este tipo de carreras. Tenemos que ser sinceros. Después de 250 kilómetros mis piernas no son las mismas que después de 150 o 200. Vamos a trabajar para él y a intentar ganar”, reconoce. Después ya llegará el invierno para trabajar con la idea de mejorar algunas cosas. Especialmente la potencia, para ser más competitivo en la contrarreloj.