Vuelta a España 25

Óscar Guerrero, director del Israel: "A los chicos les escupían cuando iban a la presentación"

La Vuelta ha incrementado la seguridad para proteger al equipo Israel, que ha dejado de ir a las presentaciones de salida para no poner en riesgo a los ciclistas

Imagen de la salida de la etapa en Laredo
Imagen de la salida de la etapa en LaredoJavier Lizón / Efe

Óscar Guerrero es el director del equipo Israel, pero su trabajo en las últimas semanas casi ha pasado a ser el de coordinador de seguridad. «Antes de empezar la Vuelta yo ya he hablado con la Ertzaintza, con prácticamente todo el norte, con los italianos, con los catalanes y ya había llegado casi hasta Vigo», explica en la salida de Laredo.

Mientras manifestantes pacíficos con banderas palestinas gritan «Palestina vencerá, desde el río hasta el mar» e «Israel, fuera de la competición», Óscar trata de explicar cómo ha mutado su trabajo especialmente en los últimos días. «Ya cuando voy acercándome más, sobre todo les digo a qué hora salimos, dónde está el parking, los sitios donde repartimos los bidones porque están ahí los auxiliares con el coche y con todo, y se sienten inseguros. Intentas coordinar todo», dice.

La Vuelta y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado ponen de su parte. «Sabemos la protección que vamos a tener en el hotel, siempre están ahí», añade. Y ahora, más. Se ha añadido un helicóptero de vigilancia a la carrera, se ha doblado el número de agentes de policía, se utilizan drones... Todo para proteger a los integrantes del equipo Israel. Y todo lo coordina Óscar Guerrero. «Sobre todo por el idioma. Si estuviéramos en Francia sería otra cosa», reconoce. «Sé que soy importante aquí, porque si no, ¿cómo coordinas todo esto? Si hablas por teléfono 50 veces al día».

El director del Israel ha aprendido en esta Vuelta a convivir con los insultos. Incluso al paso por su casa en Navarra. «Me llaman asesino o hijo de puta 50 o 60 veces al día», cuenta. Pero a veces los ataques pasan de las palabras a los hechos. «En Cerler, al autobús le tiraron tomates. En el coche tenemos que ir con las ventanillas cerradas porque el otro día nos echaron pintura», afirma. Pero lo peor llega cuando los corredores se descuelgan en las subidas. «Va despacio y en los puertos ha habido de todo», añade.

Los corredores del equipo Israel han dejado de ir a las presentaciones en las salidas para evitar riesgos. «Los chavales iban por el pasillo y algunos les escupían y llega un momento que dices, ‘‘hostia’’, que no puedo pasar por esto. Ahora mismo no estamos haciendo la presentación y creo que es mejor para todo el mundo», reflexiona.

El miércoles en Bilbao, el autobús del equipo ni siquiera esperó a que los corredores se ducharan y comieran, como es habitual después de las etapas. «En el momento en que llegaron los tres últimos en la grupeta, subieron y ya le dije a la Ertzaintza ‘‘venga, arrancamos’’. Teníamos miedo de que viniera la gente desde la meta. Ni ducha ni comida ni nada, arrancamos y ya está. Para ellos es como que te estás escapando», asegura.

También hay recomendaciones para los ciclistas en carrera. «Yo les he ido preparando. Les dije que Navarra iba a ser diez veces más de lo que habían visto y Bilbao iba a ser otras 10 veces más que Navarra. Y hoy les he dicho que la salida es un poco complicada, que intenten ir un poco en la mitad del grupo, en la [salida] neutralizada, porque en la zona antigua siempre suele ser estrecho», decía en Laredo antes de que arrancara la etapa. Se trata de pasar inadvertido para ellos.

Guerrero se muestra agradecido a la Vuelta y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. «No les podemos pedir más. Es una barbaridad lo que están aportando», dice. El autobús va siempre protegido al parking de equipos. Pero eso no borra lo que han vivido. «Cuando pasamos por la meta de Bilbao la primera vez vivimos mucho miedo porque la situación era incontrolable».