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El oro del Rey Gasol

Los jugadores de la selección española celebran su victoria.
Los jugadores de la selección española celebran su victoria.larazon

España gana su tercer Eurobasket en siete años. Pau, el trabajo colectivo, la unidad del grupo y la ausencia de egos devuelven el trono continental.

Restaba 1:24 para la conclusión de la final ante Lituania y Pau Gasol dijo basta. El mejor jugador español de la historia, uno de los grandes jugadores europeos de todos los tiempos anotaba un triple y daba a España una ventaja inalcanzable para los meritorios lituanos. Los 16 puntos de ventaja eran el reflejo del partido. La Selección mandó de principio a fin a un rival más que satisfecho con la plata y la clasificación para los Juegos. Ese triple simbolizaba la grandeza del campeonato que ha disputado Pau Gasol. El Jugador Más Valioso (MVP) del torneo fue homenajeado cuando restaban 19 segundos. Se encaminó al banquillo, se abrazó a Scariolo, su primer admirador, España se puso en pie y todos los compañeros le dieron las gracias con una sinceridad infinita. Su hoja de servicios contemplaba más números para el recuerdo, como el día de Polonia, como el día de Grecia, como el día de Francia, como todos los días desde hacae dos semanas... 25 puntos, 12 rebotes, 4 asistencias y 3 tapones. Un jugador inalcanzable para Valanciunas, para Kavaliauskas, para cualquiera que se le ha puesto enfrente en este campeonato. Mientras el mundo honraba a Pau, otro de los grandes, Arvydas Sabonis, miraba asombrado cómo España se proclamaba por tercera vez en siete años campeona de Europa.

En Lille se juntó lo mejor de la historia del deporte español, con permiso de aquella Selección de fútbol que hace no tanto también lo ganó todo. En el palco estaba Rafa Nadal, a su lado Juan Carlos Navarro y algo más abajo, Pau Gasol liderando a un equipo que ha crecido como nunca antes a lo largo del campeonato. Como nunca porque la España que fue campeona de Europa en 2009 y 2011 tenía más talento que la que logró ayer el tercer oro. Había más talento, pero la unidad, la capacidad de trabajo y la búsqueda del bien común jamás alcanzaron una cota tan sobresaliente como en Berlín y Lille.

Gasol y Scariolo se encargaron de marcar el camino antes de la final. Había que jugar como el equipo sabe y ya había demostrado en anteriores situaciones críticas: concentración, defensa y en ataque «haced lo que sabéis». Se hizo con una actitud ejemplar en las dos partes de la cancha. España funcionó como si el talento que se llegó a echar de menos siguiera allí. Todos lo tenían clarísimo. Lo de la asunción de roles por parte de cada jugador, lo que tanto se añoró el año pasado, se llevó a rajatabla. Además, a la fiesta de fin de curso se apuntó también Rudy hasta que la espalda le dijo basta en un bloqueo de Jankunas. España despegó muy pronto. Las ventajas recordaron a las de anteriores compromisos cuando no había bajas. Lituania pronto quedó atrás y la Selección fue capaz de mantener la tensión salvo entre el final del primer cuarto y unos instantes en el segundo.

Y luego está Pau. Cuando había algún problema siempre aparecía. En defensa, en ataque, para los lituanos también fue una pesadilla. Los bálticos sacaron la bandera blanca en el último cuarto cuando él dispuso. Su triple a menos de dos minutos,, el décimo del torneo en quince intentos, fue el colofón a un campeonato perfecto. España reina en Europa otra vez y lo hace de la mano de un jugador irrepetible. Pau y la Selección vuelven a ser de oro.