El Atlético se clasifica a octavos con un 2-0 al Mónaco

El Mónaco salió derrotado casi desde el vestuario y los rojiblancos se encontraron en el comienzo del partido con un gol de Koke que les hizo el camino más fácil.

El Mónaco llegaba desarmado al Metropolitano y el gol de Koke en el segundo minuto de juego terminó de desnudarlo. Comenzó entonces para el Atlético un ejercicio de estilo, una prueba a ver cómo funciona eso de tener la pelota todo el tiempo y que el contrario no se estire hasta tu portería.

No le gusta al equipo rojiblanco que el rival lo considere el dueño del partido. Prefiere serlo sin que se note demasiado, que se juegue a lo que quiere Simeone pero que la pelota sea del contrario. Es el mejor equipo en el dominio del partido sin el balón. Con la pelota le cuesta más. Pero encontró argumentos para entretenerse, más allá de la participación de Rodrigo y de Koke, dos futbolistas que se hacen grandes con el balón.

El ejercicio de estilo incluía también la práctica de aprender a jugar sin Diego Costa. Y ahí tuvo Correa la oportunidad de recuperar el sitio en el que se siente más futbolista. Se ha acostumbrado a jugar en la banda, pero como segundo delantero da lo mejor de sí. Y es la mejor opción para el Atlético cuando el rival le concede el mando del encuentro. La zancada de Gelson Martins no tiene sitio cuando los espacios son reducidos y Kalinic no termina de encontrar su lugar en el equipo ni en el corazón de Simeone. Correa es el único capaz de encontrar espacios donde no los hay, como hizo en el segundo tanto del partido. Su regate en la línea de fondo terminó con un pase a Griezmann, que sólo tuvo que empujarla.

A los 25 minutos, el partido estaba liquidado en todos los sentidos. Aunque estuvo a punto de tener una segunda vida, unos minutos de intensidad en el final, cuando Savic despejó con la mano en el área un disparo del Mónaco. Penalti y expulsión, porque era la segunda amarilla. Falcao, que había recibido un homenaje de su antiguo club antes del comienzo del partido, se fue a por el balón. Engañó a Oblak y a la portería. Su disparo se marchó fuera y el Mónaco se quedaba sin poder aprovechar los diez minutos de prórroga que le concedía el penalti.

Falcao había sido el único punto de partida hacia la ilusión que había tenido su equipo. Después de ser aplaudido por todo el estadio, había tenido la primera oportunidad para su equipo en todo el encuentro, un disparo a la media vuelta con la izquierda que atrapó Oblak sin problemas.

Para el Atlético, las oportunidades no fueron muchas más. Griezmann había demostrado ya que no ha perdido la memoria del gol y lo intentó en alguna ocasión más, siempre bien respondido por Benaglio, el guardameta del Mónaco.

Pero era Correa el más activo. También cuando se marchó Lemar, que había comenzado muy activo contra su ex equipo y después se fue diluyendo. Entonces ocupó la banda y siguió siendo igual de productivo. Igual que Vitolo, que había entrado en la segunda mitad, por el otro lado.

Pero no llegaron más goles. Para el Atlético, uno es suficiente y dos son muchos. La emoción se reservaba en el estadio para la aparición de Falcao en el campo. Un héroe de otros tiempos no tan lejanos para el equipo rojiblanco. El «9» del embrión de este equipo del Cholo.

La victoria sirve al Atlético para meterse en los octavos de final, aunque tendrá que esperar a la última jornada para saber si es primero o segundo.

Ficha técnica:

2 - Atlético de Madrid: Oblak; Arias, Savic, Lucas, Filipe; Koke (Vitolo, m. 46), Thomas, Rodri, Lemar (Kalinic, m. 62); Correa (Saúl, m. 69) y Griezmann.

0 - Mónaco: Benaglio; Biancone, Jemerson, Badiashile, Raggi; Tielemans, Massengo; Grandsir, Golovin (Thuram-Ulien, m. 63), Chadli (Diop, m. 63); y Sylla (Falcao, m. 55).

Goles: 1-0, m. 2: Koke, con un tiro desde fuera del área que rebota en Badiashile y despista al portero. 2-0, m. 25: Griezmann, a pase de Correa.

Árbitro: Matthias Gestranius (Finlandia). Expulsó por doble amarilla a Savic (m. 62 y 82). Amonestó a los locales Griezmann (m. 45) y Thomas (m. 86).

Incidencias: partido correspondiente a la quinta jornada del grupo A de la Liga de Campeones, disputado en el estadio Wanda Metropolitano ante 56.314 espectadores.