Así ha dejado atrás Italia, rival de España en las semifinales de la Eurocopa, el “catenaccio”

«¡Preparándonos para lo mejor!», escribe Luis Enrique en su cuenta de Twitter, palabras que acompaña con una foto en la que sale con un ordenador y un monitor al fondo. En las pantallas se ve un instante del Italia-Bélgica en el que el conjunto transalpino está sacando el balón desde atrás. Tiene mucho que estudiar el seleccionador español para las semifinales, ya que el conjunto que dirige Roberto Mancini está siendo una de las sensaciones de esta Eurocopa no por llegar al penúltimo partido, además por la manera en que lo ha logrado. El dato de que Donnarumma haya batido el récord de minutos sin encajar un gol (1.168) que tenía un mito como Dino Zoff en los años 70 puede llevar a error, a pensar en el tópico: la clásica Italia del «catenaccio». Pero nada más lejos de la realidad.

La «Azzurra» tocó fondo en 2017, cuando Suecia (sí, ese equipo que empató con España en el estreno de la Eurocopa, pero que todos decían que es muy malo), le dejó fuera de la fase final del Mundial de Rusia. La imagen icónica de todo aquello fueron las lágrimas de Buffon. Giampiero Ventura fracasó desde el banquillo en el intento de cambio generacional de Italia, pero Mancini parece que va por buen camino. Cogió el equipo en mayo de 2018 y de los 35 partidos que ha dirigido, sólo ha perdido dos, un amistoso contra Francia (3-1), justo antes de proclamarse campeona del mundo, y un choque de la Nations League contra Portugal (1-0). Este último tropiezo fue el 10 de octubre de 2018 y desde ahí, nadie más ha conseguido vencerles. En esa trayectoria son siete empates y 26 triunfos, los últimos 13 de manera consecutiva, en los que sólo han encajado dos goles, eso sí, en los dos últimos partidos: uno de Austria, que le llevó hasta la prórroga en octavos de la Euro, y otro de Bélgica.

Posesión, gol, más remates que nadie...

La Italia que presumía de «Catenaccio», de «vale, qué bien juegas tú, pero yo soy el que gana, que el fútbol es para listos», saca ahora pecho de la manera valiente en la que afronta los encuentros. Se hace fuerte atrás presionando arriba. Es un equipo que no reniega del balón, como muestran sus datos en la Eurocopa, con un porcentaje de posesión del 55,8, sólo superado por Alemania (59,3) y España (67,2). Mancini apuesta por un 4-3-3 en una selección con 27,7 años de promedio en la que la experiencia la ponen los dos centrales, Bonucci (34) y Chiellini (36). El centro del campo dominador lo forma el campeón de Europa con el Chelsea Jorginho, junto a Barella, más llegador; y Verratti es el cerebro, el Xavi italiano, mientras en el banquillo esperan futbolistas como Locatelli. Arriba la fantasía la pone Insigne; el regate, Chiesa y de «9» juega Immobile, de momento el más flojo en el campeonato. Italia presiona muy arriba, molesta en la salida del balón, lo que puede ser un problema para España, y no frena ni con el marcador a favor. Es el segundo conjunto más anotador del torneo con 11 dianas, a una de la Roja, pero el que más peligro genera, ya que ha intentado hasta 101 remates.

La transformación ha sido global, de su selección y de su liga, con equipos alegres como el Atalanta o el Nápoles. A la Eurocopa llegó con ciertas dudas, pese a las buenas sensaciones, porque la pregunta era cómo rendiría en una gran competición contra los rivales fuertes. El partido contra Bélgica fue la confirmación de que está preparada para todo.