Joao Félix saca de quicio al Atlético de Madrid

Para Joao Félix el partido era una cuestión personal. Era una oportunidad de demostrar que habría que buscar al responsable de que no triunfara en el Atlético en otro lado. Decía Simeone antes de enfrentarse al Barcelona que «un partido es un partido» y que lo importante es la continuidad. Eso habrá que medirlo más tarde. Decía Griezmann que a Joao no le gusta desgastarse en defensa. Y hasta en eso se aplicó. Incluso le sacaron una tarjeta amarilla por un agarrón a Correa al ir a recuperar un balón en las cercanías de su área.

Joao tenía tantas ganas de hacer un buen partido contra el equipo al que todavía pertenece como las que parecían tenerle algunos de sus compañeros. Incluso los aficionados rojiblancos que se desplazaron hasta Montjuïc. Desde el sector rojiblanco le gritaban «Joao, quédate». Y Joao hace todo lo posible para que el Barcelona quiera que se quede la próxima temporada.

La respuesta de Joao fue lanzar un beso a su antigua afición cuando marcó después de subirse a una valla de publicidad para festejar. El uruguayo Giménez intentó tomarse la revancha con sus propios pies. Y también con las manos. «¿Quieres pelea?», le dijo en un momento del partido mientras Koke trataba de calmarlo. «Quiere que te saquen la segunda amarilla», le decía el capitán, según captaron las cámaras de Movistar+. El árbitro, Sánchez Martínez, tuvo que mediar en un córner para que la cosa no fuera a mayores entre ellos.

Joao puso en el campo lo que se esperaba de Griezmann. Sus caminos se cruzan. Cuando el francés se fue al Barcelona el portugués llegó al Atlético. Y ahora que Griezmann vuelve a ser fundamental en el equipo rojiblanco, Joao busca su sitio en el Barcelona y recibe los pitos de la afición del Atlético igual que antes los recibió el francés.

Joao Félix se marchó sonriente del campo. Estaba feliz cuando el árbitro pitó el final del encuentro. Para Griezmann la sensación era diferente. Se marchó frustrado, sin demostrar nada de lo que ha hecho durante el último año uno de los mejores jugadores del mundo.

Su frustración le llevó a quitarle a Memphis una falta al borde del área cuando el neerlandés acababa de mandar una camino de la escuadra que la mano de Iñaki Peña desvió al larguero.

El triunfador del partido era Joao Félix, que recibió varias patadas de sus antiguos compañeros. Reclamó también un penalti por un pisotón de Mario Hermoso cuando ya había rematado.

«No tengo nada contra ellos», dijo después del partido de sus antiguos compañeros. «Me llevo bien con casi todos. Los quiero mucho», añadía, después de asegurar que había pasado un verano complicado.