Entrevista

Jorge Garbajosa: "Con la Euroliga hay que llegar a un acuerdo para veinte años"

El presidente de FIBA Europa reflexiona sobre su pasado al frente de la Federación Española de Baloncesto, los desafíos en su nueva etapa y habla de su sucesora Elisa Aguilar, de Ricky, de su familia...

Jorge Garbajosa (19-12-1977, Torrejón de Ardoz) asegura que todo lo que ha hecho en su vida "tiene que ver con el baloncesto porque amo esto y me encanta poder aportar y sumar". Y en ello continúa ahora como presidente de FIBA Europa después de haber liderado durante siete años la Federación Española de Baloncesto (FEB). El nuevo cargo le permite llevar a su hija Candela, que cumplirá cuatro años en febrero, al colegio e incluso "recogerla algunos días".

¿En qué momento decide que la etapa en la FEB ha terminado?

Hay un verano que estoy descansando de aquella manera en Málaga y con un papel y un boli empiezo a hacer todo el programa del Centenario. De aquello a lo que fue hubo muchos cambios porque tenía un Comité de dirección que aportaba y muchísimo y cuando eso empieza a tomar forma, a buscar los rivales, las sedes, los recursos económicos... en ese camino me voy dando cuenta y pensando que después de esto qué. Qué puedo aportar, no es que me aburra, pero después de siete años en la presidencia yo tenía la sensación de que me había dejado el alma, de que me había vaciado literalmente. Cuando te dejas el alma en un sitio, te agotas, pero te agotas tú y agotas a los demás. He llevado la organización a un nivel de exigencia que no se puede sostener durante mucho tiempo. Tiene que venir otro tipo de exigencia, no menor, pero otro tipo. Hemos organizado Mundiales, Europeos, masculinos, femeninos, de formación torneos de todo tipo en siete años y con una pandemia de por medio. Mi proyecto se había cumplido y tenía que venir otra persona con nuevas ideas y eso en paralelo siempre he estado muy ligado a FIBA, a FIBA Europa. Vas viendo en tu cabeza qué se podría hacer en FIBA Europa, que podrías aportar y me apetecía probar. 2023 ha sido un año muy duro porque ha habido campaña, elecciones, la Federación con el Centenario... que nadie pudiera decir que he descuidado la FEB. Gano las elecciones y de lunes a viernes estoy con la Federación, los fines de semana viajando a diferentes países de Europa... ha sido un año muy duro, pero profesionalmente ha sido el año más bonito de mi vida. Ahora que se ha estabilizado y que como dice mi hija ya sólo tengo un trabajo me doy cuenta que ha sido un año apasionante y además ha salido todo bien.

La familia no le pide un tiempo muerto...

La familia es sagrada. Candela es mi vida, no lo más importante de mi vida. El sueño de mi vida era ser padre y ahora nuestro objetivo familiar es coger una semana en Navidades. Agosto ha sido el momento central del Centenario de la FEB, de ahí me fui 24 días al Mundial, luego cinco días en casa, una semana en Singapur para la Intercontinental, dos días en casa, dos días en Francia... ha sido muy exigente, pero me conocieron así y no les sorprende. Eso no quiere decir que no haya un desgaste familiar, pero no engaño a nadie. Todo el mundo sabe como soy y nos complementamos muy bien.

¿Cuál es el mayor orgullo en sus siete años al frente de la FEB?

Hay cosas que hemos hecho mal, que nos hemos equivocado seguro, porque esto es ensayo-error... Estoy orgulloso del nivel reputacional de la FEB porque eso no se construye en un día. Eso es a base de colaborar con todo el mundo, organizar campeonatos, fomentar la base, las selecciones, ganar o no ganar es la leche, pero eso no lo controlas... puedes controlar hasta el día que comienza el torneo y luego estás en manos de los jugadores y el seleccionador. Una reputación no depende de las medallas. Por ejemplo, estoy muy orgulloso de haber traído el suelo de cristal a un Mundial, sub'19 femenino y en el WiZink Center. Era una apuesta de locura, una apuesta única, líder y novedosa y eso se ha hecho aquí, en España. Y cuando este suelo sea muy común todo el mundo recordará que España lo trajo a un Mundial de formación de chicas. Las relaciones con el COE, con el CSD, con FIBA, la ACB, con los estamentos de jugadores, árbitros... hay una red de buenas relaciones que la Federación se ha convertido en un punto de encuentro, de unión de organizaciones y de personas.

¿Hacia dónde cree que debe dirigirse ahora la FEB?

Elisa tiene que hacer su proyecto. Ella no está ahí por ser mujer. Está porque es la persona más preparada para llevar un proyecto tan grande como el de la FEB adelante. Que llama la atención porque es la primera en 100 años, sí; que llama la atención porque es poco habitual, sí; pero su mérito no es ser mujer, es ser 222 veces internacional, estar formada en Washington, en España, haber potenciado todas nuestras competiciones como la Liga femenina Endesa, la LEB Oro, la Liga EBA... Elisa ha hecho un trabajo brutal. Su género importa bastante poco en su valía profesional.

Diez años trabajando con ella, ¿cómo es Elisa Aguilar?

Elisa es una hormiguita. En el Eurobasket, que lo pasé muy mal, Elisa siempre estaba a mi lado y cuando yo estaba de los nervios, a punto de saltar, ella estaba a mi lado y me ponía una mano en la pierna. Y eso es como calma. Elisa es la calma y la tranquilidad. Tiene mucho carácter, pero siempre se mueve en unos márgenes no tiene picos, es equilibrada y eso es muy importante en una organización. Su proyecto me parecerá bien. Sólo tiene que mantener la ambición porque esto no puede parar de crecer. Es una organización que se ha hecho tan grande que no se puede parar porque si te paras, te caes.

Más nombres propios. ¿Volverán a las canchas Marc Gasol y Ricky Rubio?

Con Ricky he hablado hace muy poquito y me encantó verle mejor. Son conversaciones privadas, bastante intensas, muy bonitas a nivel personal no de baloncesto... son dos personas a las que quiero y admiro mucho. Son dos cerebros absolutamente privilegiados, fuera de lo normal...en mi opinión Ricky va a volver y va a volver a disfrutar de su profesión y del amor al baloncesto con una cabeza incluso mejorada. A Ricky desde niño se le ha exigido como a un profesional, desde los 12-13 ya se hablaba del potencial de un tal Ricky Rubio. Creo que Ricky necesita volver a enamorarse de su profesión y creo que está en ello. Marc es otra edad, otras responsabilidades porque ya ejerce de presidente, de propietario de general manager... de todo. Marc tiene tanto amor a ese proyecto suyo que es Girona que creo que sólo volvería si ve que el equipo realmente lo necesita, pero no lo sé.

¿Qué desafíos afronta en esta nueva etapa?

Siempre he sido de la opinión de que si quieres crecer es mejor hacerlo unidos, de manera conjunta. En mi etapa al frente de la FEB llega un momento en el que considero que para crecer debe hacerlo el baloncesto en Europa y el deporte en España. A veces parece que competimos con el balonmano, con el tenis... y no. Si crece el sector, crecemos todos. Me apetece mucho solucionar el conflicto de la Euroliga, pero hacerlo respetando el modelo de las Federaciones, las Ligas nacionales, las selecciones... soy optimista. Me apetece hacer crecer los países pequeños y que FIBA Europa sea la líder de las regiones en el mundo, pero no como muestra de poder si no como ayuda y desarrollo de los demás. Es imprescindible hacer crecer el baloncesto femenino, el 3x3, los campeonatos de formación... estoy recién llegado, aprendiendo y exponiendo mis ideas.

Al frente de la Euroliga también hay nuevas figuras como Dejan Bodiroga y Paulius Motiejunas y ya ha habido un primer paso con el acuerdo para las Ventanas de febrero...

Es muy simbólico, pero es un mensaje muy potente el de ese pequeño acuerdo. Es el principio de todo lo que hay que desarrollar. Dejan Bodiroga y yo nos conocemos desde hace 25 años y en la cancha era un infierno defenderle, pero sentarte con él a negociar es agradable. Tenemos mucho trabajo por delante y tanto con él como con Paulius, que lleva poco tiempo como yo, la atmósfera es agradable. Las posturas a veces no tienen nada en común, pero siempre buscamos otro lado para llegar a un acuerdo. No es fácil porque nosotros tenemos 212 federaciones, ellos son 18 clubes que cada uno piensa de una manera, pero se pueden dar pasos adelante. El acuerdo de las Ventanas es para un año. Lo que tenemos que conseguir es estabilizar lo que sea para este ciclo y para el ciclo siguiente. Aquí no se pueden tener las miras cortas. Si se llega a un acuerdo, que es mucho decir en este momento, tiene que ser para los próximos 20 años. No podemos estar cada año así. Hay que conseguir algo estable que unifique la pirámide del baloncesto en Europa a nivel de federaciones internacionales y nacionales, ligas europeas y ligas domésticas, selecciones... poner todo eso de acuerdo no es fácil, pero si lo conseguimos tiene que ser para veinte años. Probablemente haya demasiadas competiciones de clubes en Europa en este momento (Euroliga, Champions, Eurocup, FIBA Eurocup...), quizá haya que dar forma a eso, hay intereses comerciales... Será una negociación larga y por parte de FIBA hay voluntad de llegar a un acuerdo, no a cualquier acuerdo... Creo que por parte de la Euroliga y de los clubes también hay esas ganas. Hay reuniones muy periódicas para ser moderadamente optimista.

¿En Múnich, donde está la sede de FIBA Europa, también se habla del "caso Rubiales"?

Se habla en todo el mundo. Recuerdo que nos pilló en medio del Mundial y se habló con mucha estupefacción. Me pillo en mitad de un partido y me lo comentó alguien de otra Federación, fue muy impactante.