Testigo directo

Marruecos ama al Real Madrid

La historia de fidelidad entre el club blanco y Marruecos viene de lejos. "Benzema es nuestro jugador preferido, no importa que sea argelino", dice un taxista en Rabat

RABAT (MARRUECOS) 07/02/2023,- Los jugadores del Real Madrid Vinicius Jr (i) y Mariano Díaz (2d) durante el entrenamiento este martes en el Complejo Mohamed VI de Fútbol en Rabat (Marruecos), donde mañana jugará ante el Al Ahly egipcio la semifinal del Mundial de Clubes. EFE/ Julio Muñoz
Entrenamiento del Real Madrid para el Mundial de ClubesJulio MuñozAgencia EFE

Contaba la anécdota hace algunos unos años –fuimos testigos– un embajador de España en Marruecos a un grupo de periodistas presentes. En visita al país magrebí, el presidente del FC Barcelona preguntaba al embajador si su club era el que más apoyos y simpatías despertaba entre los marroquíes. Era la época dorada de Guardiola y Messi, y las camisetas azulgranas se imponían en número a las blancas entre los muchachos que jugaban en las playas y las plazoletas o en los tenderetes de zamarras de imitación de los zocos. El embajador fue claro con el mandatario barcelonista: «Ahora mismo es así. Pero llegarán tiempos en los que el Madrid vuelva a ganar la Liga y la Champions y cambiarán las tornas. Esto va por rachas».

Los tiempos efectivamente cambiaron y de un tiempo a esta parte el Real Madrid vuelve a ser hegemónico en las calles marroquíes. El club español llena igual los cafés de barrio que los establecimientos de postín, de Tánger a Dajla y del Rif al Sáhara, como sólo la selección nacional de Marruecos logró durante el pasado Mundial de Qatar con su histórico cuarto puesto (y victoria contra España). El club blanco, que no es la primera vez que juega un partido oficial en Marruecos, ya ganó en Marrakech frente a San Lorenzo el Mundialito en el año 2014. El club blanco cuenta con una escuela sociodeportiva en la propia Marrakech, además de trece peñas repartidas por el país.

Con todo, más allá de que el porcentaje de indecisos y nuevos aficionados haga oscilar las mayorías con los cambios de ciclo futbolero, lo cierto es que ambos, Real Madrid y FC Barcelona, se reparten el favor de los marroquíes casi a partes iguales. Un amigo futbolero, Zakaria Khatla, se atreve a esbozar un análisis sociológico: "La gente de más de 60 años, que coincide con aquellos en cuya niñez vieron a un Real Madrid superior al Barça, es mayoritariamente madridista. Los nacidos desde las décadas de los 80 y 90 están divididos casi al 50% entre los dos clubes".

Pasión por el Clásico

La pasión por los dos grandes clubes españoles está a prueba de crisis diplomáticas. Nunca el último desencuentro entre los gobiernos de Marruecos y España puso en juego una tarde dominguera de Clásico. No hay duda de que los dos galácticos de España –porque los otros dieciocho equipos de la Liga son meros sparrings para los marroquíes; nadie entiende aquí muy bien qué mueve a alguien ser de otro club distinto al Madrid o el Barça– son nuestro infalible soft power; la mejor marca España.

Como no podía ser menos, la acogida de los vecinos de Rabat al Real Madrid con motivo de su encuentro hoy con el egipcio Al Ahly en la segunda semifinal del Mundial de Clubes será calurosa esta tarde (en unos días gélidos en todo Marruecos). No hay billetes para el choque que enfrentará al campeón de Europa con el africano en el estadio Moulay Abdellah, que tiene una capacidad para más de 45.000 espectadores. Las entradas se revenden en torno a los cincuenta euros desde hace días: un precio prohibitivo para la gran mayoría de ciudadanos de este país, que sufren los rigores de la crisis económica. Conscientes de que lo de ver de cerca a sus ídolos es un auténtico imposible, nadie pierde el tiempo desplazándose hasta el búnker madridista en Harhoura, una urbanización costera al sur de Rabat y lejos del mundanal ruido (mucho más fácil, somos testigos, acercarse a Pedro Sánchez la semana pasada en la cumbre hispano-marroquí que a Modric).

"Amamos al Real Madrid"

Para la inmensa mayoría de marroquíes, pues, el partido entre el Real Madrid y el Al Ahly quedará lejos. Los diez o veinte euros de las entradas más económicas son de todo punto inasequibles para los vecinos de la capital, que optarán mayoritariamente por el ritual del café y el té en comunidad. Nada en el ajetreo de las calles de Rabat arroja indicio alguno de la cita con el «Mondialito», como llaman aquí a la competición. A esta hora la pasión madridista se muestra templada, pero la adrenalina se disparará con el pitido inicial del árbitro. «Amamos al Real Madrid y para nosotros Benzema es el jugador más querido, no importa que sea argelino. Tiene nuestro respeto. Hala Madrid», confiesa Fouad, de profesión taxista.