Natación

Mireia Belmonte y su lucha contra el tiempo, los hombros...: "Puedo recuperar mi mejor nivel"

A punto de superar la última lesión en el hombro y con 32 años, Mireia Belmonte mira con optimismo y paciencia a los Juegos de París 2024

Mireia Belmonte is seen during the presentation of the COE-UCAM athletes for the Paris 24 Olympic Games celebrated at the headquarters of the Spanish Olympic Committee COE on March 24, 2023 in Madrid, Spain. Oscar J. Barroso / Afp7 24/04/2023 ONLY FOR USE IN SPAIN
Mireia Belmonte, durante la presentación de la renovación del acuerdo entre el COE y la UCAMAFP7 vía Europa PressEuropa Press

Mireia Belmonte ve la luz al final del túnel... Otra vez. El gesto del crol, de la mariposa, de la espalda, de la braza, lo ha repetido millones de veces en miles de horas en la piscina y eso pasa factura, sus hombros se quejan desde hace años, se los ha operado, ha hecho tratamientos con células madre y a veces le han dado la lata en el peor momento, como meses antes de los Juegos de Tokio, lo que le impidió tener una preparación adecuada, aunque se quedó a 23 centésimas del bronce en 400 estilos. En otras ocasiones le dan algo de respiro y puede plantearse metas como la que tiene en mente. "Tengo la vista puesta en París", admite. Serían sus quintos Juegos. "Pero el objetivo ahora es recuperarse del todo para entrenar fuerte y no estar con el ‘'ahora entreno, ahora no, ahora me lesiono...’ Lo importante es recuperarme bien y después empezar a entrenar con normalidad", asegura.

Pregunta: ¿Duelen los hombros en este momento?

Respuesta: A días, las lesiones van a días. Los días que estás bien es cuando tienes que echar un poco el freno de mano porque si no lo pagas después.

Ese espíritu zen lo ha tenido que cultivar cada vez más. Este año no va a forzar para estar en el Mundial de Fukuoka, porque podría ser contraproducente para el desafío de París. "La verdad es que tengo mucha paciencia innata, desde pequeña, pero cuesta ver que hay competiciones y tú no puedes ir y que no estás quizá en tu mejor forma deportiva, pero tienes que cultivar la paciencia para decir: 'Si ahora hago las cosas bien, en un futuro puedo estar mejor y ya puedo darle caña como yo quiero'. Ahora es un poco decir que me reprimo de no competir o de no hacer las cosas que quiero porque sé que ese sacrificio y esfuerzo es para que después sea todo mejor", reconoce.

"Mis hombros ya no pueden hacer lo de antes y tengo que cuidarlos"

MIREIA BELMONTE

"Pero estoy bien", continúa sonriente. "Saliendo ya de la lesión. Faltan las pruebas de confirmación de que todo está mejor", prosigue en la presentación del acuerdo entre el COE y la UCAM, uno de los motores del deporte en España. La próxima semana se hará una resonancia que le irá marcando la manera de empezar a apretar. "Entreno lo que puedo. En natación lo bueno es que si tienes mal el tren superior puedes trabajar el inferior y viceversa. Siempre te puedes seguir moviendo. No puedes parar del todo porque si no pierdes muchísimo", afirma la cuádruple medallista olímpica, inolvidable sobre todo el oro en 200 mariposa en los Juegos de Río.

Cambios

Mireia está en medio de un periodo de cambios, ya que después de Tokio dejó de entrenar a las órdenes de Fred Vergnoux, con el que logró la mayoría de sus éxitos, y ahora está en el CAR de Sant Cugat con Ben Titley, el genio británico, nuevo gurú de la natación española después haber ganado doce medallas en los dos últimos Juegos al frente de Canadá. "Es totalmente diferente a lo que hacía antes, porque dejé las pruebas de fondo, el 800 y el 1.500, y el entrenamiento es distinto: más velocidad, más potencia, más series de calidad, y todo eso tiene un aprendizaje", desgrana la catalana. Entrenar el fondo puro supone echar muchas horas en el agua... "Pero no es eso, no es por falta de ganas de entrenar, mis hombros ya no pueden hacer lo de antes y tengo que cuidarlos. Es diferente, ni mejor ni peor, pero para las pruebas que voy a nadar ahora creo que me irá bien", dice Belmonte, optimista con el presente y con el futuro.

No sube al podio en un gran campeonato desde que en el Mundial de Budapest 2017 cerró el círculo con el oro en 200 mariposa; y en París tendría 33 años, pero ella siempre ha defendido, y demostrado, que la edad es un número que no tiene que ser determinante. "Mi objetivo es siempre llegar al siguiente nivel, llegar a ser la mejor Mireia posible, nunca me conformo con lo mínimo y siempre quiero más, creo que puedo llegar a ser la mejor Mireia que puedo llegar a ser deportivamente. En Tokio [sin la mejor preparación] se vio que nunca hay que menospreciarse uno mismo, sabiendo que si tienes fe en ti mismo y total confianza en el entrenador y en el plan...", concluye.