El primer contacto de la mesa de negociación de los expedientes de regulación de empleo temporal (ERTE) terminó sin acuerdo, aunque con muchos acercamientos, ciertas disensiones y algunos puntos de fricción –cuando no posturas algo más que alejadas–, que pueden alargar el tira y afloja durante toda la semana que viene. «No vamos a agotar los tiempos de negociación de los que disponemos porque debemos alcanzar un acuerdo que sea fino y preciso para ser lo más eficaces posibles», destacó la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, tras el encuentro, en el que Gobierno, patronal y sindicatos han dado por cerrado que se prolongarán los ERTE, que serán generalizados –el Ejecutivo ha cedido a la propuesta de los agentes sociales de no sectoralizar las prestaciones– y que se mantendrán las ayudas a los trabajadores afectados. Hasta ahí el idilio, ya que difieren en la duración y en las condiciones y las formas.
Tras este primer capítulo, todas las partes se han emplazado a renovar sus esfuerzos a partir del lunes para «no dejar el acuerdo para el último instante», manifestaron a LA RAZÓN fuentes de la negociación. De momento, todos están de acuerdo en mantener los ERTE y que no se condicionen con criterios sectoriales. También que las prestaciones de los afectados no se vean recortadas a partir del sexto mes –se mantendrá la cuantía en el 70 % de la base reguladora, evitando que se reduzca al 50%–.
Sin embargo, amenazan escollos en el horizonte, aunque para ninguna de las partes la situación es insalvable. «Hay muy buena predisposición de todos los sentados a la mesa», manifestaron las mismas fuentes. Los técnicos tendrán que afinar sus lápices a partir del lunes para solventar las divergencias en tres puntos fundamentales: los esquemas de ayudas a las cotizaciones a la Seguridad Social –patronal y sindicatos reclaman que se exonere al máximo a empresas y trabajadores que no hayan vuelto a la actividad y se rebaje la de las empresas que sí lo han hecho–, algo que el Gobierno se ha comprometido a valorar; que no haya una fecha límite de vigencia a esta nueva prórroga de los ERTE –el Gobierno quiere que prolongarlos solo hasta el 31 de diciembre, pero los agentes sociales creen que deben llegar como mínimo hasta Semana Santa–; y que, además de los ERTE, se concreten medidas adicionales de apoyo al tejido empresarial, especialmente a las empresas del sector turístico.
En el encuentro participaron, además de Díaz y el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, el presidente de CEOE, Antonio Garamendi; el de Cepyme, Gerardo Cuerva, y los secretarios generales de CCOO, Unai Sordo, y de UGT, Pepe Álvarez. Todos ellos dejaron claro tras levantarse de la mesa que «este es el trimestre más importante del año y no podemos fallar a miles de trabajadores y empresas».