Pedro Sánchez
El cuento de la lechera del Gobierno
El Ejecutivo sigue con su operación de propaganda. La presentación de Sánchez fue un rosario de vaguedades sin un plan estructurado
Todavía recuerdo lo que sucedió a finales de julio, en la entrada de La Moncloa, con el grupo de ministros palmeros aplaudiendo a Pedro Sánchez, según ellos por lo que había conseguido durante la Cumbre Europea que tuvo lugar en Bruselas y esos 140.000 millones que, en teoría, iban a llegar a España. Sin embargo, la realizad era, y es, muy diferente. Sánchez no lo consiguió porque la Comisión Europea ya había preasignado a España esa cantidad, en función de la incidencia hasta entonces del coronavirus, con Italia y España como países de la UE más afectados. En segundo lugar, Sánchez no abrió la boca, salvo en una ocasión y estuvo a punto de dinamitar la reunión por el enfrentamiento con su colega de Finlandia, también socialista.
Dejado claro lo anterior, que fue tan solo el primer paso de un largo proceso, ahora toca referirse al presente. Efectivamente hubo acuerdo en la Cumbre Europea, tanto sobre el Marco Presupuestario 2021-27 como sobre el Fondo de Recuperación, asuntos que están íntimamente ligados. Sin embargo, este pacto debe recibir el visto bueno del Parlamento Europeo, algo que hasta el momento no ha sucedido. Es más, las negociaciones entre ambas instituciones, Consejo de Ministros (Cumbre Europea) y eurodiputados están muy encalladas por las exigencias de diverso tipo del Parlamento. Sin el visto bueno de este último, no habrá ni Presupuesto ni Fondo de Recuperación. Y cuanto más tarde en llegar ese pacto, más tardará a su vez la trasferencia de fondos a los Estados miembros.
Pero, además de lo anterior, hay otros dos problemas importantes. El primero, que España tiene que presentar sus programas y planes en tiempo y forma para recibir el visto bueno de Bruselas. Lo uno y lo otro está por ver todavía. Después de eso, hay que ponerse manos a la obra y ejecutar esos planes también en tiempo y forma y recibir nuevamente el visto bueno de la Comisión Europea, vigilada a su vez estrechamente por una parte de los Estados miembros. Solo entonces llegaría la totalidad del dinero preasignado, esos 140.000 millones de euros, si es que terminan llegando. Pero para eso queda un largo trecho.
Mientras tanto, aquí, el Gobierno sigue con su operación de propaganda y con el cuento de la lechera y su cántaro a cuestas. La presentación de Sánchez la semana pasada fue un rosario de vaguedades, pero sin un plan estructurado y sin una sola medida concreta. Por otro lado, la desconfianza en el Gobierno de España por ahí fuera es cada vez mayor. Conclusión: el dinero nos lo tenemos que ganar, no nos va a salir gratis y nos va a costar sangre, sudor y lágrimas.
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