Fuga de empresas

Nokia sigue los pasos de Ericsson y también se va de Rusia

La firma hará una provisión de 100 millones en sus cuentas

El goteo de empresas que abandonan Rusia no se detiene. Si ayer era la multinacional sueca de telecomunicaciones Ericsson la que anunció la suspensión indefinida de sus negocios en este país debido al conflicto bélico con Ucrania y a las sanciones impuestas por la Unión Europea (UE), hoy ha sido la también tecnológica Nokia la que ha anunciado su renuncia a seguir haciendo negocios en el país de Vladimir Putin.

La compañía finlandesa -este país es uno de los que está bajo amenaza de Rusia, que ha advertido de que tomaría medidas si ingresa en la OTAN- ha comunicado su salida del mercado ruso, lo que se traducirá en una provisión de 100 millones de euros en las cuentas del primer trimestre.

Rusia representó en 2021 menos del 2% de las ventas netas de Nokia, que no espera que su salida del mercado ruso afecte a su capacidad de cumplir sus previsiones para 2022 debido a la fuerte demanda en otras regiones.

En las últimas semanas, Nokia ya había suspendido las entregas, detenido nuevos negocios y trasladado sus actividades de I+D fuera de Rusia. “A medida que salgamos, nuestro objetivo será brindar el soporte necesario para mantener las redes y estamos solicitando las licencias pertinentes para habilitar este soporte en cumplimiento de las sanciones actuales”, ha añadido la empresa finlandesa.

Banca francesa

Junto a estas dos compañías tecnológicas, Société Générale (SG), el banco francés con mayores intereses en Rusia, también comunicó ayer que cesa sus actividades en ese país porque ha firmado un acuerdo para vender tanto Rosbank como el resto de sus filiales allí. Société Générale explicó que ha llegado a un acuerdo para vender la totalidad de su participación en Rosbank (tiene el 100% de su capital, que controla desde 2014) y de las aseguradoras que tenía en Rusia a Interros Capital, que había sido el anterior propietario de ese banco ruso.

Según los cálculos de Société Générale, el impacto en sus cuentas de la transacción será de unos 3.100 millones de euros, de los cuales 2.000 millones serán por la depreciación de los activos que vende y 1.100 millones por un “elemento excepcional” relativo a la “reserva de conversión”. Para fines de 2021, SG estimaba los riesgos de sus inversiones en Rusia en caso de suspensión de pagos en 18.700 millones de euros, o el 1,7% de exposición total del grupo, de los cuales 15.400 millones correspondía a su participación en Rosbank, el undécimo banco del país por activos.