Macroeconomía

La subida de tipos costará 20.000 millones en intereses de deuda a las arcas públicas hasta 2025

La Airef advierte al Gobierno de que no ha tenido en cuenta el endurecimiento de la política monetaria del BCE, que disparará la factura de intereses de la deuda española

La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño
La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia CalviñoA. Pérez MecaEuropa Press

“El importante aumento del stock de deuda pública sitúa la sostenibilidad de las finanzas públicas en una posición de mayor vulnerabilidad a medio plazo”. Así advertía la semana pasada la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) en su ‘Informe sobre la Actualización del Programa de Estabilidad 2022-2025′ de la situación de debilidad con la que el Gobierno se va enfrentar a sus próximos retos en materia de control del gasto, el déficit y la deuda. Todo se verá seriamente condicionado por el ya anunciado endurecimiento de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), que complicará las condiciones de financiación a bajo coste.

La propia presidenta del BCE, Christine Lagarde, confirmó el miércoles la subida de los tipos de interés en apenas “algunas semanas”, después de que concluya a principios de junio el programa de compra de activos (APP). Lagarde mantuvo su expectativa de que la subida de los tipos, que sería la primera en una década, podría adoptarse durante el mes de julio.

Así lo ha constatado la propia Airef, que ya cuenta con que el próximo incremento de los tipos de la deuda BCE lleva implícita una costosa consecuencia para la arcas públicas, ya que estima que el Gobierno ha obviado en el Programa de Estabilidad el aumento de esta carga financiera derivada del impacto de los tipos, a la que ha puesto una cifra: un desfase de 20.000 millones hasta 2025.

Según explica en su informe, las cicatrices de la anterior crisis financiera, junto al fuerte incremento de las necesidades de financiación provocado por la pandemia, sumados a la guerra de Ucrania y la crisis energética e inflacionaria han situado a la ratio de deuda sobre PIB en valores máximos, en el 118,4% a finales de 2021, lo que supone un incremento de 20,1 puntos respecto al nivel previo a la pandemia. Por tanto, la Airef avisa de que “las finanzas públicas se sitúan en una posición vulnerable ante un endurecimiento de la política monetaria” y detalla que la rentabilidad del bono español a 10 años se ha situado por encima del 2%, lo que contradice las propias expectativas del Gobierno, que sitúa el tipo de interés de la deuda pública española a 10 años en el 0,8% en 2022 y en el 1,1% en 2025.

Entiende la Airef que esto provocará una “dinámica desfavorable” de la deuda a medio y largo plazo bajo un “escenario a políticas constantes”. Por ello, una vez finalice el impulso del crecimiento y los precios retornen a su media histórica, la ratio de deuda sobre PIB “retomará una senda ascendente bajo la hipótesis de un escenario sin cambio de políticas”, por lo que el alto nivel de endeudamiento, junto a unos tipos de financiación más elevados “exigirán un ajuste estructural sostenido para estabilizar la ratio de deuda y contener la carga financiera”.

El escenario central de tipos de interés supondrá respecto a la anterior APE un “incremento de más de 100 puntos básicos para las nuevas emisiones”, con un incremento acumulado de la carga financiera de esos citados 20.000 millones. Al menos en el corto plazo, un repunte adicional en los tipos de interés de la deuda soberana tendría un “impacto limitado” en la evolución de la ratio de deuda.

La propia presidenta de la Airef, Cristina Herrero, alertó de todas estas “vulnerabilidades”, entre las que destacó que el nivel de déficit estructural se sitúa en torno al 4% en 2025, seis décimas por encima del nivel previo a la pandemia, además de ver comprometido cumplir con las previsiones marcadas por el Gobierno porque el margen para reducir este déficit presupuestario “sin medidas adicionales” es cada vez es más corto. Por tanto, el estancamiento en la reducción del déficit supone “un freno en la disminución de la ratio de deuda” hasta 2025. A partir de ese momento, si el déficit primario estructural se mantiene constante entre 1,5% y 2,5%, la deuda iniciará una peligrosa senda ascendente, que la llevaría hasta el 140% en 2040 si el déficit estructural no se reduce drásticamente.

Este alto nivel de endeudamiento, agravado por el sobrecoste de financiación, exigirá un ajuste estructural sostenido para “situar la deuda en niveles más prudentes, contener la carga financiera y generar un espacio fiscal que permita afrontar futuros riesgos”, insistió la Airef, que cree necesario realizar un “ajuste estructural” de al menos una décima de PIB al año para mantener la ratio de deuda estable en valores en torno al 100% del PIB. En este sentido, la Autoridad reclamó, una vez más, la sostenibilidad financiera de las cuentas públicas. Esta exigiría una senda de reducción sostenida de la deuda y del déficit hasta lograr el equilibrio presupuestario, que debería llegar con un ajuste anual de 0,35 puntos, alcanzando el equilibrio presupuestario en 2035 y reduciendo la deuda hasta el 80% en 2040, manteniendo un gasto en intereses contenido en torno al 2,5% del PIB.