Recuperación

El Gobierno fía la recuperación económica a un verano turístico como en 2019

Las llegadas aún están un 26% por debajo. Prevé cerrar el año con el 80% del PIB turístico prepandemia, pero la inflación castiga a los viajeros

Inicio de la Fase 2 en Palma de Mallorca
Bañistas en una playa de PalmaIsaac BujEuropa Press

Los augurios son buenos, pero no está claro que sean suficientes. Primero, porque la inflación en el principal mercado emisor de turistas hacia España, Reino Unido, está en el 9% y subiendo. Segundo, porque los turistas internacionales viajan cada vez con más frecuencia y menos tiempo, lo que diversifica los destinos y castiga las largas estancias veraniegas en nuestras costas. Tercero, porque los márgenes fijados con los touroperadores no preveían una escalada de los precios como la actual. Cuarto, porque el Gobierno no ha sido todo lo ágil que debiera a la hora de reabrir sin restricciones la entrada de viajeros internacionales. Y, por último, los datos comparativos de 2019 fueron récord absoluto. Esas son las principales amenazas e interrogantes que ponen en riesgo las previsiones del Ejecutivo de recuperar este año el 80% del PIB turístico.

Sin embargo, la campaña veraniega se presenta potente. Así lo asegura la vicepresidenta primera del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés), la mexicana Virginia Messina, a LA RAZÓN. «España está logrando atraer buena parte del turismo que se desplazaba a destinos como Turquía, a los que su proximidad al conflicto en Ucrania está restando llegadas, y se sitúa como uno de los países ganadores por este motivo así como por el control sanitario y las políticas de vacunación y retirada de las restricciones a los viajeros internacionales, lo que lo convierten en un “destino seguro” para los viajeros de todo el mundo». «Las cifras para España son muy positivas. Va a haber una temporada veraniega muy fuerte», adelanta.

El mejor indicador es, como casi siempre, el del empleo. En este sentido, el sector turístico superó en abril los 2,55 millones de afiliados a la Seguridad Social y se sitúa ya por encima de los niveles previos a la pandemia», afirma. «Somos un destino muy sólido y nos hemos ganado la etiqueta de ser los más seguros, pero habrá que consolidarlo porque aún hay políticas de cancelación muy flexibles y hay que esperar», asegura a este diario María José Aguiló, vicepresidenta Ejecutiva de FEHM, la patronal hotelera mallorquina.

Los datos son esperanzadores. La ministra de Industria, Turismo y Comercio, Reyes Maroto, indicó este semana que el turismo ha aportado el 42% del empleo creado en el último año, con casi 466.000 altas, un 22,3% de incremento. El crecimiento del empleo se dio en todas las ramas turísticas: la hostelería suma en el último año 357.342 nuevas altas (226.406 en los servicios de comidas y bebidas y 130.936 en alojamiento); las agencias de viaje dieron de alta a 4.567 trabajadores, mientras que las otras actividades turísticas aumentaron en 104.069 afiliados, según Turespaña.

La demanda de trabajadores es tan elevada que faltan miles de puestos por cubrir. Y es que, según las previsiones de la WTTC realizadas antes de la invasión de Ucrania, España superará los tres millones de puestos de trabajo turísticos, 200.000 más que en 2019. Según esas mismas proyecciones, el año cerrará con casi 20.000 empleos turísticos sin cubrir en España, menos que los 93.000 de 2021.

Otra referencia positiva es la recuperación del tráfico aéreo. España recibió en abril casi siete millones de pasajeros procedentes de aeropuertos internacionales, lo que supone recuperar el 85,6% de los que llegaron en ese mismo mes de 2019. El 58,4% del total de pasajeros provino de la Unión Europea, experimentando un ascenso del 621,3% interanual (-22,9% respecto a 2019), mientras que el flujo procedente del resto del mundo, que supuso el 41,6%, creció un 717,5% (-30,1%), según Turespaña con registros de Aena.

Por países, Reino Unido fue el principal mercado emisor, con 1,6 millones de viajeros, el 23%; seguido de Alemania, con 1,1 millones de pasajeros, y una cuota del 16,1%; Francia (597.070 viajeros y un 8,6% de cuota) e Italia (596.349 pasajeros y un 8,6% de cuota) les siguen a la zaga. En el conjunto del año, España recibió hasta abril 18,72 millones de pasajeros internacionales, lo que supone un 658,5% más con respecto al mismo periodo del año anterior, aunque aún representa un 26,1% menos que en 2019.

«Somos muy positivos respecto al próximo verano, pero no sabemos si este año estaremos a niveles de 2019 aunque seguro que sí por encima de los de 2015. Somos un país muy seguro con una oferta renovada más atractiva, pero aún hay problemas, como la inflación o la conectividad con Reino Unido. Esto en lo que se refiere al aspecto comercial, pero no tanto en el de los costes, que se están disparando en todos los sectores», asegura Jorge Marichal, el presidente de Cehat, la patronal de hoteles y alojamientos turísticos.

Las dudas no lo son para el Gobierno, que fía sus previsiones económicas a la recuperación ya del 80% del PIB turístico. Así lo recoge en el Plan de Estabilidad 2022-2025 y el Plan Nacional de Reformas remitido por el Ejecutivo a la Comisión Europea. «Junto al impacto de la guerra, el segundo factor que marcará el crecimiento económico en 2022 será la recuperación de la actividad turística. A pesar del impacto limitado de ómicron, se espera alcanzar en el conjunto del año el 80% de la actividad turística registrada en 2019, tras alcanzar en 2021 una actividad turística superior al 50%», explica el Ejecutivo al rector comunitario. Esto supondría un incremento de los ingresos de 23 puntos respecto al PIB turístico estimado para 2021, cercano a los 90.000 millones de euros, el equivalente al 57% del registrado en 2019.

«Hacer estas estimaciones con estas incertidumbres, sobre todo en lo económico, es muy aventurado. Ya estamos viendo cambios por el incremento de costes en las empresas, porque la escalada de precios no está en consonancia con muchos paquetes que se colocaron con antelación y las empresas no pueden trasladar el incremento de los costes. Esto va contra el margen empresarial y así va a ser difícil llegar a una la rentabilidad cercana a la de 2019. Se antoja complicado», reflexiona Aguiló. La incógnita se despejará este verano.