Ignacio Galán: “El sistema energético europeo conlleva una elevada dependencia del exterior y aumenta nuestra vulnerabilidad”

El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, acompañado del primer ministro de Portugal, António Costa, ha inaugurado este lunes la gigabatería hidroeléctrica del Tâmega (afluente del Duero localizado en el norte de Portugal), el principal proyecto de estas características en Europa y cuya inversión asciende a más de 1.500 millones de euros. Durante su intervención, Ignacio Galán ha anunciado que la compañía duplicará en los próximos años las inversiones realizadas en la gigabatería, alcanzando los 3.000 millones de euros, que destinará a nuevos parques eólicos y plantas solares ya en desarrollo o construcción.

El presidente de la energética ha hecho especial hincapié en la necesidad de avanzar hacia una Europa más competitiva y más autosuficiente en materia energética: “El primer ministro de Portugal recordará su visita a enero de 2020, cuando hablamos de la urgencia de avanzar hacia una economía sin carbono con obras como esta. Estos mensajes cobran mayor sentido en el contexto actual, en el que Europa se enfrenta al urgente desafío de abandonar un sistema energético basado en combustibles fósiles. El 75% de la energía que consumimos en Europa procede del petróleo, gas y el carbono. Este sistema no es sostenible, no solo por cuestiones ambientales, sino porque también implica una elevada dependencia del exterior y aumenta nuestra vulnerabilidad”.

Para avanzar, Galán ha reclamado un contexto de “estabilidad jurídica y buen diálogo” como el logrado con el Gobierno de Portugal en los últimos años. “Esta gran estructura evidencia que las dos grandes metas de la política energética de Europa, la independencia energética y la descarbonización, son perfectamente compatibles siempre y cuando se trabaje en la electrificación del sistema económico y productivo”, ha señalado el presidente de la multinacional.

1.766 gigavatios hora (GWh) al año

Con un plazo de ejecución de ocho años, este macrocomplejo hidroeléctrico ha generado una contratación próxima a los 20.000 empleos de locales y gallegos. El proyecto está conformado por tres embalses y, gracias a su capacidad de bombeo reversible, es capaz de almacenar energía para poder utilizarla cuando más se necesite. La gigabatería supone la construcción de tres presas y tres centrales (Gouvães, Daivões y Alto Tâmega) con una capacidad conjunta de 1.158 megavatios (MW), lo que supondrá un aumento del 6% de la potencia eléctrica total instalada en el país.

El complejo Tâmega será capaz de producir 1.766 gigavatios hora (GWh) al año, suficiente para satisfacer las necesidades energéticas de los municipios vecinos y de las ciudades de Braga y Guimaraes (440.000 hogares). Además, esta gran infraestructura renovable es capaz de almacenar 40 millones de kWh, equivalente a la energía que consumen 11 millones de personas durante 24 horas en sus hogares, convirtiéndose en uno de los mayores sistemas de almacenamiento de energía de Europa.

Evitar la importación de más de 160.000 toneladas de petróleo al año

El primer ministro de Portugal se unió a Galán en la inauguración del mayor proyecto de creación de energía limpia de la historia de Portugal. En la “caverna” de la central de Gouvâes, el epicentro del proyecto, Costa ha centrado sus declaraciones en la importancia de acelerar la transición energética, no solo por sus beneficios medioambientales, sino también económicos. “La mayor fragilidad estratégica que Europa presenta ante la amenaza de Rusia es la dependencia energética”, ha aseverado. “Esa dependencia es una amenaza a nuestra recuperación económica y a nuestro desarrollo. Por ello la respuesta que debemos dar no es racionamiento, sino acelerar la producción de energías renovables. Para ello es fundamental agilizar el marco normativo”, ha apostillado. En este sentido también se ha expresado el ministro de Medio Ambiente y Acción Climática de Portugal, Duarte Cordeiro, quien ha reclamado “no ceder al chantaje del gas ruso”.

“Esta gigabatería que Iberdrola ha contribuido a conseguir resultados notables en la lucha contra el cambio climático. Invertir en renovables es fundamental desde el punto de vista económico. Podemos producir suficiente energía para dejar de ser importadores y ser exportadores de energía. Mientras, otros países están discutiendo la posibilidad de remontar la producción de electricidad mediante”, ha añadido el primer ministro de Portugal. En este sentido, ha recalcado que el complejo es un ejemplo de eficiencia energética y economía circular que acabará con la emisión de 1,2 millones de toneladas de CO2 anuales y diversificará las fuentes de producción, evitando la importación de más de 160.000 toneladas de petróleo al año.

El proyecto cuenta con la financiación del Banco Europeo de Inversiones (BEI). En julio de 2018, la entidad entregó a Iberdrola 500 millones de euros, los primeros de los 650 millones aprobados en total para financiar este desarrollo. El proyecto tiene además recogidas, en su Declaración de Impacto Ambiental (DIA), diversas medidas de compensación de sistemas ecológicos, como la reforestación de más de 1.000 hectáreas, la plantación de 17.000 alcornoques o acciones para mejorar las poblaciones de fauna protegida existente en el entorno, a las que se han destinado más de 50 millones de euros.

Planta híbrida

Al complejo hidroeléctrico se le sumará la futura construcción de dos parques eólicos ligados a la gigabatería, que convertirán al complejo en una planta de generación híbrida y cuya potencia final se estima que alcanzará 300 MW, por lo que será uno de mayores proyectos eólicos de Portugal. Además, estas se convertirán en las primeras plantas de este tipo con conexión a la red que se construirán en el área circundante de las tres centrales que conforman el complejo Tâmega.

Esta circunstancia permitirá a los usuarios consumir energía en los periodos de mayor consumo mediante producción eólica y cuando no haya demanda en la red se alimentará el sistema de bombeo lo que contribuirá a mejorar la eficiencia del sistema eléctrico. La compañía podrá gestionar la oferta y la demanda entre la hidroeléctrica y la eólica en función de la disponibilidad de ambos recursos, pero también de la dinámica de los precios del mercado.

Iberdrola reclama una “normativa estable” para lograr “seguridad jurídica”

En la inauguración no hubo una mención directa al elefante en la sala, el nuevo impuesto temporal sobre los supuestos beneficios extraordinarios de las grandes compañías energéticas (eléctricas, gasistas y petroleras), anunciado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante el Debate sobre el Estado de la Nación. En concreto, este gravamen se aplicará durante dos años sobre los beneficios registrados en 2022 y 2023, con el objetivo de recaudar 2.000 millones de euros cada ejercicio.

Pero aunque Galán no ha hecho ninguna declaración al respecto, sí ha querido recordar que Iberdrola contribuye con más de 8.000 millones de euros en impuestos por año en los países en los que está presente. Ahora el desafío es “afrontar enormes inversiones en renovables en un contexto económico complejo para lo que es necesario una normativa estable que genere seguridad jurídica”, ha señalado Galán.

El vicepresidente de Iberdrola España, Antonio Miguel Carmona, sí se manifestó sobre este impuesto tras ser anunciado. “Entendemos que este impuesto es a las petroleras y a las gasistas que representan el 75% de la energía. Nosotros, muy al contrario, tenemos un recorte de resultados en España por el encarecimiento del gas y al tener el 80% de la demanda eléctrica vendida a precio fijo”, señaló. Cabe recordar que la patronal eléctrica Aelec ya había explicado que sus asociadas (Iberdrola, Endesa y EDP) no tienen beneficios extraordinarios como consecuencia de los elevados precios de la energía y además ”a actual crisis está reduciendo sus resultados”.