La invasión rusa de Ucrania hace ya seis meses ha tenido un gran impacto en las economías a nivel mundial, así como en Rusia, país que se ha tenido que enfrentar a múltiples sanciones por parte de la Unión Europea y Estados Unidos, además de vetos en la compra de combustibles como el carbón. No obstante, la imposición de esta serie de “castigos” parece no ser suficiente, ya que Rusia está consiguiendo atajar los efectos económicos adversos gracias a sus exportaciones de hidrocarburos.

En este sentido, los ingresos de Rusia por las exportaciones de combustibles fósiles alcanzaron en total los 158.000 millones en este periodo, de los cuales, la Unión Europea ha acaparado el 54%, por un valor aproximado de 85.000 millones, según los datos que ofrece el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA, por sus siglas en inglés)

En este escenario, España se sitúa como el tercer mayor importador de gas natural licuado (GNL) ruso a nivel mundial desde el comienzo de la guerra, tras Francia y Bélgica, ya que desde el 24 de febrero al 24 de agosto, nuestro país pagó más de 1.500 millones de euros.

Asimismo, desde el estallido de la guerra, las compras de gas ruso desde España se han duplicado, desde los 2.174 gigavatios hora (GWh) hasta los 5.317 GWh, según el último boletín de Enagas, perteneciente al mes de julio.

No obstante, en agosto y julio, los dos principales meses de verano, es nuestro país quien lidera las compras posicionándose como el principal importador. En esta línea, España pagó unos 750 millones de euros en compras de GNL, sitúandose en cabeza por delante de países como Francia, China, Bélgica, Japón y Portugal.

“En estos dos meses, España fue el mayor importador de GNL ruso del mundo, pagando unos 750 millones de euros. La generación de electricidad a partir de gas aumentó considerablemente en España en julio-agosto debido a la ola de calor y la sequía, que aumentaron la demanda de energía y afectaron a la producción hidroeléctrica. El 35% de la electricidad española se generó con gas durante esos meses. Por eso es importante descarbonizar la generación de energía”, sostiene Lauri Myllyvirta, analista principal del CREA.

En lo que respecta a los estados miembros, los mayores importadoresfueron Alemania con 19.000 millones de euros, Países Bajos (11.100 millones), Italia (8.600 millones), Polonia (7.400 millones) y Francia (5.500 millones). A estos les siguieron de cerca Bulgaria (5.200 millones de euros), Bélgica (4.500 millones) y España (3.300 millones).

Pese a que la Unión Europea sigue siendo el principal importador de combustibles fósiles de Rusia, a esta le siguen los 35.000 millones de euros que se compró a lo largo de 2022 desde China, los 11.000 millones de Turquía, los 7.000 millones de compras de combustible de India y los 2.000 millones de Corea del Sur. Asimismo, India, China, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Turquía registraron los mayores aumentos de las importaciones, impulsados principalmente por las importaciones de crudo y, en el caso de China, también por el carbón.

“Los ingresos por exportaciones de combustibles fósiles contribuyen con un estimado de 43.000 millones al presupuesto federal de Rusia, lo que ayudó a financiar los crímenes de guerra en Ucrania”, sentencia CREA.