Empleo

Síndrome burnout: estas son las razones por las que puede acabar quemado en su trabajo

El 65% de las empresas señala que el riesgo de padecer este problema se ha incrementado en el último año

Estrés, ansiedad, falta de comunicación entre los equipos o inseguridad son solo algunas de las principales causas que sufren miles de empleados
La contención emocional que padecen los afectados por esta condición suele derivar en depresión, ansiedad y en trastornos psicosomáticos | Fotografía de archivoLa RazónLa Razón

Largas jornadas laborales, una carga de trabajo excesiva, una alta exigencia por parte de la empresa o incluso la situación económica actual son algunos de los muchos factores que pueden afectar en el ánimo de los trabajadores, dando lugar al conocido burnout o síndrome del trabajador quemado. En este contexto, la persona en cuestión no es capaz de enfrentarse a la tensión laboral, sintiéndose cansada y con una productividad bajo mínimos que afecta a la calidad de su trabajo. Tal es la gravedad de esta enfermedad -reconocida así por la OMS-, que el 65% de las empresas señala que el riesgo de padecerla se ha incrementado en el último año, según los datos arrojados en el segundo Observatorio Adecco sobre Bienestar emocional y factores psicosociales.

Por tanto, ante este escenario laboral no es de extrañar que el bienestar emocional de los empleados penda de un hilo. Tanto es así que uno de cada tres trabajadores en España considera que su salud mental ha empeorado en el último año e incluso el 12% de las más de 43.000 empresas encuestadas, aumenta esta cifra, ya que reconoce que la mitad de sus trabajadores se han visto afectados por trastornos psicológicos como ansiedad, depresión o estrés postraumático, entre otros.

La crisis económica y otros factores externos a las compañías son, para el 59% de las empresas, los principales generadores de estrés de los empleados; mientras que seis de cada diez asegura que, más allá de la incertidumbre económica actual, el principal estrés de los empleados suele estar vinculado a la carga mental por las tareas a desarrollar.

Sin embargo, el riesgo de padecer el conocido burnout no es lo único que se ha incrementado, sino que el 60% de las compañías considera que la “renuncia silenciosa” también ha aumentado en el último año. Tanto es así que más de la mitad de las empresas considera que este fenómeno está afectando a las personas trabajadoras, y sobre todo a los más jóvenes, según el 32% de las compañías. En esta línea, seis de cada diez empresas considera que detrás de este “quiet quitting” está la falta de consecución de las expectativas los trabajadores como condiciones de trabajo o salario, entre otras. Pese a que más de la mitad de las compañías consideran que esta renuncia no está muy relacionada con la crisis de salud mental post pandémica, el 32% sí que cree lo estaría en algún grado.

Así, ante esta problemática, nueve de cada diez empresas concuerdan que después de la pandemia es necesario que se refuercen las áreas de psicosociología de cara al futuro de la gestión de personas y casi el 80% considera que establecer sistemas de gestión de la salud psicológica puede ayudar a gestionar de forma más competitiva y sostenible esta materia.

No obstante, casi la mitad de las empresas considera a que el papel del servicio de prevención de riesgos laborales no está siendo determinante en la gestión exitosa de la salud mental tras la pandemia; frente al 37% que sí considera que es determinante.

Mayor papel de las Administraciones

Las cuestiones de salud psicológica deberían tener un mayor tratamiento en los convenios colectivos y además deberían contar con un tratamiento más colaborativo por parte de la representación de las personas trabajadoras o así lo considera el 80% de las empresas.

Asimismo se cree que las Administraciones Públicas deberían jugar un rol mayor en este asunto, ya que el 92% de las empresas opinan que estos poderes deberían dar un mayor soporte a empresas y trabajadores en la gestión de la salud mental; mientras que el 81% opina que la normativa actual no propicia un buen marco de seguridad jurídica para el tratamiento por las organizaciones de los factores psicosociales.

En lo que respecta al papel de líder, el 86% de las empresas reconocen que no están preparadas para que un directivo reconozca su vulnerabilidad y necesidad de apoyo psicoemocional; y más de la mitad asegura que estos puestos no están entrenados en competencias que les ayudan a gestionar su salud mental.

En cambio, el 37% de las compañías afirma que las personas trabajadoras deberán tener una mayor implicación y autocuidado para así propiciar una adecuada gestión de los factores psicosociales y la salud mental. A su vez, el 44% entiende que la normativa debería fomentar el compromiso de las personas con la gestión de la salud mental y no dejar la responsabilidad sólo a las organizaciones.

Acoso laboral: factor de riesgo

El acoso laboral supone un factor de mucho riesgo en la salud mental, por lo que siete de cada diez empresas considera que la gestión de estas situaciones debería tener una mayor implicación por parte de los representantes de los trabajadores. Además, las organizaciones traman u marco regulador con mayor seguridad jurídica para estas situaciones, ya que casi la mitad de las empresas asegura que la implantación de algún protocolo de acoso ha mejorado la transparencia y sensibilidad de toda la organización en esta materia.

Por tanto, dado que seis de cada diez empresas considera que las metodologías no están preparadas para la gestión de los riesgos psicosociales con perspectiva de género; como medida de mejora, según el 73% de las organizaciones sería conveniente la integración de los protocolos de acoso laboral, y de acoso sexual o por razón de sexo, para favorecer así la perspectiva de género en la gestión de estas situaciones.

Teletrabajo sostenible: flexibilidad y desconexión

En lo que respecta a las medidas de flexibilidad en el ámbito laboral como una jornada irregular o el teletrabajo, casi ocho de cada diez empresas considera que no tienen porqué conllevar mayores riesgos psicosociales en las organizaciones.

Asimismo, para obtener un teletrabajo sostenible, el 43% de las empresas considera necesario que haya una normativa que busque equilibrio entre la flexibilidad, control del tiempo de trabajo y la desconexión.

Finalmente, el 74% asegura que la experiencia del nuevo teletrabajo post confinamiento por las personas trabajadoras está siendo muy satisfactoria desde el punto de vista de la salud mental.