Economía

Y ahora, la deuda ¿quién la paga?

Las Administraciones Públicas en 2024 gastarán casi 700.000 millones de euros aunque sus ingresos serán de unos 647.000 millones, lo que supondrá un déficit de alrededor de casi 47.000, para los que el Estado deberá volver a endeudarse

La vicepresidenta segunda del Ejecutivo, Nadia Calviño
La vicepresidenta segunda del Ejecutivo, Nadia CalviñoAlberto R. RoldánLa Razón

Josep Plá (1897-1981), quizá el mejor escritor en catalán en el siglo XX y también uno de los grandes en castellano, viajó a Nueva York en barco en el verano de 1954. Impresionado por la iluminación nocturna de Manhattan, cuentan que exclamó asombrado «y todo esto, ¿quién lo paga? También solía decir lo mismo con frecuencia, ante una buena mesa bien provista de comida y bebida, porque no disfrutaba hasta que no tenía claro quién corría con la cuenta. Casi setenta años después hay cuentas cada vez más abultadas que conviene saber quién las paga. Por ejemplo, el Plan Presupuestario (2024) que el Gobierno en funciones de Pedro Sánchez ha enviado a Bruselas para su visto bueno, incluye cifras fantásticas, inimaginables para el común de los mortales y para el 99,9% de los españoles. En la página 35, como quien no quiere la cosa y con apenas literatura explicativa, figura que la previsión de gasto de todas las Administraciones Públicas (AAPP), el próximo año, alcanzará la fabulosa cifra de casi 700.000 millones de euros (694.368 millones para ser exactos), un 3,94% más que el año anterior, aunque el «Plan» solo se fija en que el gasto primario –sin los intereses de la deuda– solo sube un 2,5%.

El problema es que en 2024, esos intereses supondrán 39.078 millones de euros y, se contabilicen donde se contabilicen, habrá que pagarlos. Hay que expurgar el documento enviado a Bruselas, pero con paciencia, se llega a la conclusión de que los ingresos de las AAPP en 2024 serán de unos 647.000 millones, lo que significa que habrá un déficit de alrededor de casi 47.000, para los que el Estado deberá volver a endeudarse, como todos los años desde cuando casi no se recuerda. No será, sin embargo, el único dinero que habrá que volver a pedir prestado, porque como no se puede amortizar –devolver– la deuda, hay que endeudarse máspara renovar la que ahora existe y que crece y crece. La respuesta a la gran pregunta es que todo se paga con los impuestos de los ciudadanos y, como no llega, con más deuda. El problema es que sigue sin ser suficiente, porque los socios del futuro gobierno quieren todavía más gasto, mucho más, que serán más impuestos y más deuda. Y ahora, «esto ¿quién lo paga?, volvería a preguntar atónico, sin volver a Nueva York, el socarrón Plá.