Banco de España

Las dudas empiezan a frenar el crecimiento económico

Prevé que el PIB crezca el 2,7 % en 2016 y el 2,3 % en 2017

El gobernador del Banco de España, Luis María Linde
El gobernador del Banco de España, Luis María Lindelarazon

El Banco de España augura un bienio de expansión económica pero con riesgos a la baja que son mayores ahora que hace unos meses y que tienen que ver con las dudas sobre las futuras políticas económicas que pueda poner en marcha el próximo Gobierno.

El Banco de España augura un bienio de expansión económica, con crecimientos del 2,7 % en 2016 y del 2,3 % en 2017, pero con riesgos a la baja que son mayores ahora que hace unos meses y que tienen que ver con las dudas sobre las futuras políticas económicas que pueda poner en marcha el próximo Gobierno.

La economía española prolongará un par de años al menos su ciclo expansivo, aunque frenará el ritmo adquirido en los últimos trimestres. Así lo pronostica la Dirección General de Economía y Estadística del Banco de España en su último informe de proyecciones para éste y el próximo año. El Producto Interior Bruto (PIB), que en 2015 creció de media un 3,2%, comenzará un aterrizaje suave que le llevará este año a crecer un 2,7% y un 2,3% en 2017. Según Pablo Hernández de Cos, director general, la desaceleración de la economía española tiene los mismos orígenes que la que se está produciendo ya en los países de la eurozona: «no encontramos nada diferenciador en España», en alusión a la incertidumbre política que se está viviendo en nuestro país tras los resultados de las elecciones del 20-D. No obstante, señaló que, de prolongarse en el tiempo, es un factor de riesgo a la baja, que puede terminar «incidir negativamente en las decisiones de gasto de los agentes privados». Es el caso de la inversión empresarial y el consumo de las familias.

El perfil de crecimiento económico para este año dibuja una senda decreciente. Para el primer trimestre del año, el Banco de España estimó ayer un aumento del 0,7% en términos intertrimestrales, lo que dejaría la tasa interanual en el 3,3%, dos décimas por debajo de la que se registró a cierre del pasado año. En los siguientes trimestres, el PIB seguirá su moderado descenso al 0,6% y 0,5% en el verano, para cerrar el año de nuevo en 0,6% y en una tasa anualizada del 2,4%.

Para la Dirección General de Economía y Estadística del Banco de España, las razones de esta desaceleración están en la pérdida de fuerza de alguno de los factores que han impulsado el avance del PIB en los últimos trimestres, como la bajadas del precio del petróleo a partir de la segunda mitad de 2014, la depreciación del euro en su cambio con el dólar o la moderación de los costes de financiación de los últimos años.

La expansión del PIB seguiría apoyándose en la demanda nacional, como viene ocurriendo desde el inicio de la recuperación, aunque alguno de sus componentes experimentarán una cierta moderación. Es el caso del consumo de los hogares, que mantendría un ritmo de avance elevado, apoyado en la buena evolución esperada del empleo, pero inferior al registrado en trimestres anteriores. Entre enero y marzo el Banco de España calcula un aumento del 0,6%, una décima inferior a la del cuarto trimestre de 2015. En términos interanuales, se espera un crecimiento del gasto de las familias del 2,9% en 2016 (dos décimas menos que en 2015) y del 2%, en 2017. El gasto público acusará más la desaceleración tras pasar las elecciones autonómicas. La inversión se mantendrá fuerte, tanto en los bienes de equipo como en el sector de la construcción. La demanda interna contribuirá al PIB con un crecimiento del 3,7% este año, cifra a la que habrá que restar un 0,5% del sector exterior. En 2017, la demanda interna aportará 2,9 puntos y el sector exterior restará dos décimas al crecimiento interanual.

Tras conocerse el dato de déficit del pasado año, una nueva incertidumbre se suma a las provenientes de la situación política: el compromiso (así figura en el Plan de Estabilidad enviado a Bruselas) de reducir la diferencia entre gastos e ingresos al 2,8% del PIB, «que tendría efectos muy negativos en el crecimiento económico», según Hernández de Cos. La previsión de la institución monetaria es del 4,4% para este año.

En el mercado de trabajo, se continuará creando empleo a tasas elevadas en relación al crecimiento del PIB, en un entorno en el que los costes laborales aumentarían de forma moderada. El Banco de España espera que el aumento de la población activa sea muy modesto, por lo que la creación de empleo conduciría a disminuciones adicionales de la tasa de paro, que al final de 2017 se situaría ligeramente por encima del 18,9% de la población activa. Para finales de este ejercicio, el desempleo afectaría al 20,3% de la población activa. La creación de empleo crecerá a una tasa del 2,3% en el presente año y del 1,9%, el próximo.