Banca

Escrivá y Sánchez, felices con el PIB aunque no se note en el bienestar de los españoles

El nuevo gobernador del Banco de España ha tenido suerte con sus primeras proyecciones al frente de la institución y ni necesitaba ni le convenía entrometerse, aunque nada impide que sí influya en las conclusiones de futuros informes

El ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, Óscar López, recibe su cartera de manos del ministro saliente, José Luis Escrivá, en la sede del Ministerio, a 6 de septiembre de 2024, en Madrid (España). Óscar López fue secretario general del PSOE de Castilla y León entre 2008 y 2012, y líder de la oposición en esa comunidad autónoma. Desde 2021, ha sido director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno de España desde 2021, hasta que sustituye al ministro saliente, Jos...
El nuevo gobernador del Banco de España, José Luis EscriváRicardo RubioEuropa Press

David Cameron, el primer ministro británico responsable del Brexit, también decía que «es hora de que nos centremos no solo en el PIB, sino en el bienestar general». Ayer, Ángel Gavilán, director general de Economía del Banco de España, que todavía nadie sabe si José Luis Escrivá lo mantendrá en el puesto, presentó –como estaba previsto hace semanas– «las proyecciones macroeconómicas» y el «informe trimestral» sobre la economía española que elabora, de forma periódica y desde hace años, la institución. El Banco de España ha revisado sus datos y ve el futuro con más optimismo, con crecimientos del PIB del 2,8% en 2024 y del 2,2% y 1,9% en 2025 y 2026. Además, los expertos que dirige Ángel Gavilán destacan como fortalezas de la economía española, frente a otras del entorno europeo, el incremento de la población, la resiliencia del sector manufacturero y la demanda exterior. También aprecian que la creación de empleo «se ralentiza» y ven incertidumbres en el consumo de las familias y en la inversión. El panorama que describen, en conjunto, es positivo, aunque advierten de la necesidad de un ajuste fiscal del 0,5% anual en los próximos ejercicios, que obligará a subir los ingresos o recortar los gastos.

Pedro Sánchez, que tantas veces ha fruncido el ceño ante los informes del Banco de España, puede estar satisfecho en esta ocasión. Hay quien relacionará el diagnóstico positivo con la llegada de Escrivá a la institución como Gobernador. Es improbable, no obstante, que haya influido en las conclusiones del equipo de Gavilán, basadas en datos estudiados sobre semanas. Tampoco es creíble que haya intentado orientar este informe, lo que no impide que a partir de ahora sí lo haga. Ha tenido suerte porque en esta ocasión ni lo necesitaba ni le convenía entrometerse. Los datos son lo bastante buenos para no requerir interpretaciones enrevesadas. Además, hay coincidencia entre los expertos en que la economía española va mejor que las del entorno. La explicación principal es el aumento de la población. Sánchez y Escrivá, felices. Sin embargo, todo es diferente en términos de renta per cápita, que no crece y, por lo tanto, tampoco lo hace ese bienestar en el que también nos deberíamos fijar, como apuntaba Cameron.