Economía

Esopo, el cuento del lobo y la recesión

La Reserva Federal y el Banco Central Europeo no solo dejarán pronto de subir los tipos de interés, sino que sería posible que a finales de este año comenzaran a bajarlos de nuevo

Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal
Jerome Powell, presidente de la Reserva FederalMICHAEL REYNOLDSAgencia EFE

Esopo (circa 600 AC-circa 564 AC) escribió la fábula original «El pastor mentiroso», convertida en «El cuento del lobo» o «Pedro y el lobo», en la versión musical de Sergéi Prokofief (1891-1953), con la misma moraleja universalmente conocida que, por cierto, encaja también con la economía y no sólo con la economía. Los expertos y los analistas constatan, desde julio de 2022, que está invertida la curva de tipos de interés en Estados Unidos. Quiere decir que se paga más intereses por invertir a tres meses o a dos años que por hacerlo a diez, algo que va, en principio, contra la lógica económica y más que económica. Por ejemplo, se obtiene un 0,95% más si se invierte en una Letra del Tesoro americana a tres meses que si se hace en un bono a 10 años, como apunta el analista Juan Ignacio Crespo, que sigue día a día –casi minuto a minuto– la evolución de estos mercados. La historia, desde después de la Segunda Guerra Mundial, dice, como también ha recordado Juan Ramón Rallo, que ese fenómeno suele ser el preludio de una recesión y que casi la única duda es cuando llegará.

Los mercados, desde principios de año, a uno y otro lado del Atlántico, viven una pequeña-gran euforia en el convencimiento de que los bancos centrales, la Reserva Federal y el Banco Central Europeo (BCE) no solo dejarán pronto de subir los tipos de interés, sino que sería posible que a finales de este año comenzaran a bajarlos de nuevo. No hay nada –sobre todo la evolución de la inflación– que lo avale. En Europa, incluso la presidenta del BCE, Christine Lagarde y otros miembros del Consejo de Gobierno insisten en que habrá nuevas subidas y, de hecho, el euríbor, sigue al alza en máximos de hace muchos años. Los mercados y algunos gobiernos –sobre todo los más gasticidas, hallazgo feliz de Daniel Rodríguez Asesio, del equipo de Isabel Díaz Ayuso en Madrid– insisten en no creer a los bancos centrales y apuestan su dinero –y el de otros– a futuras relajaciones monetarias. La historia dice lo contrario y no siempre tiene que repetirse y tampoco está escrito que tenga que llegar la recesión. El problema, claro, es que hay dos opciones, recesión o que los tipos de interés sigan altos, una versión monetaria del cuento del lobo de Esopo.