Economía

Esta es la razón por la que se gasta mejor el dinero cuando se gana trabajando que cuando llega de imprevisto

"Es importante aprender a luchar contra este sesgo de la contabilidad mental", señalan desde BBVA

Una persona cuenta billetes de 50 euros
Una persona cuenta billetes de 50 eurosDreamstime

Ganar la lotería es el sueño de muchas personas en nuestro país , no obstante, este premio es, en ocasiones, un regalo envenenado. Y es que algunos de los que resultan agraciados en sorteos como el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad gastan su premio en pocos años o incluso han vuelto a una situación económica peor que antes de ser premiados. Pero, ¿a qué se debe esta situación? Estos comportamientos se explican a través del llamado sesgo o trampa de la contabilidad mental que estudió el profesor Richard H. Thaler, premio Nobel de Economía en 2017.

El sesgo de la contabilidad mental "muestra que realmente no nos gastamos el dinero de igual manera dependiendo de donde proceda: dependiendo de su procedencia, lo valoramos en mayor o menor medida, y lo gastamos con mayor o menor esfuerzo", asegura el blog "Mi Jubilación" de BBVA.

Por tanto, cuando una persona recibe un ingreso imprevisto, este sesgo le hace creer que este dinero tiene menos valor y que se puede gastar; mientras que si ha sido necesaria una mayor dedicación, esfuerzo y sacrificio para ganarlo, el cerebro le dará un mayor valor. No obstante, el dinero vale igual independientemente de dónde proceda, por ello, cuando se recibe un dinero extra como un premio de la lotería o una herencia, la actitud hacia el consumo, ahorro e inversión debería ser la misma que ante cualquier otro ingreso.

La entidad financiera señala que "es importante aprender a luchar contra este sesgo de la contabilidad mental, para ahorrar más, pero también para evitar que nuestras finanzas quiebren, o para evitar desequilibrar nuestra economía, y mantener nuestra salud financiera".

Manifestaciones de la trampa de la contabilidad mental

Un ejemplo de contabilidad mental sería pedir un préstamo cuando se disponen de ahorros, ya que muchos consideran que es más rentable endeudarse y mantener este dinero guardado.

A la hora de pedir un préstamo y para saber si pueden permitírselo, muchas personas calculan cuál será el importe de la cuota que tendrán que pagar cada mes y, si pueden asumirla, considerarán que podrán hacer frente al préstamo. Asimismo, incluso en ocasiones, alargan la duración del préstamo para que la cuota sea más reducida, sin tener en cuenta que los intereses a pagar se elevarán.

Por tanto, para no ignorar estos factores determinantes y evitar el sesgo de la contabilidad mental, siempre que se solicite un préstamo, se deberá multiplicar el importe de la cuota mensual a pagar por el número de meses que se tendrá que pagar. De esta forma se obtendrá el precio real del producto o servicio que se quiere financiar.