
Matrimonio
Esto es todo lo que necesitas saber sobre las condiciones económicas del matrimonio
España tiene uno de los ratios de casamientos más bajos de toda Europa: 3,3 enlaces por cada mil habitantes

Cada vez son menos los valientes que se animan a caminar hacia el altar en España. Mientras que la media europea es de 4,1 bodas por cada mil habitantes, en nuestro país desciende hasta los 3,3 enlaces por mil habitantes, uno de los ratios de casamientos más bajos de toda Europa.
Los que se animan a dar el paso deben ser conscientes de lo que significa contraer matrimonio, tanto a nivel familiar como económico, ya que la situación financiera de los cónyuges o la región en la que vivan puede influir significativamente en su estilo de vida.
Hay que tener en cuenta que en España existen dos regímenes económicos matrimoniales. Primero está la sociedad de gananciales, el régimen por el que los bienes y deudas adquiridos durante el matrimonio son compartidos por ambos cónyuges, mientras que los bienes previos o los que reciban por herencia o donación se mantienen como propiedad exclusiva de cada uno. Después tenemosla separación de bienes, donde cada cónyuge mantiene la propiedad y organiza la administración de sus bienes y deudas de forma individual, explican desde el blog de Finanzas para Todos.
Cabe destacar que, en el régimen de sociedad de gananciales, las deudas adquiridas por uno de los integrantes de la pareja puede repercutir en el patrimonio común, razón por la que muchos escogen la separación de bienes, en la que cada cónyuge es responsable de sus propias deudas.
También es importante añadir que algunas autonomías tienen particularidades legales con respecto al matrimonio. Por ejemplo, en Cataluña, Aragón y Baleares, el régimen económico matrimonial por defecto es el de separación de bienes, mientras que en el resto del país es el de la sociedad de gananciales.
Beneficios fiscales o divorcio
Independientemente del régimen elegido, el matrimonio también implica ciertos compromisos económicos comunes, como el pago de la vivienda (hipoteca o alquiler), o los gastos cotidianos, que depende del régimen económico que comparta la pareja y el acuerdo al que hayan llegado. Igual sucede con los hijos: los gastos de crianza son una responsabilidad compartida, aunque no siempre sea a partes iguales.
Casarse en nuestro país también puede presentar ciertos beneficios fiscales. Por ejemplo, una declaración conjunta del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) puede suponer un ahorro fiscal para la pareja, que también puede beneficiarse de prestaciones sociales (como la pensión de viudedad o prestaciones por hijos) en caso de cumplir ciertos requisitos.
Si las cosas no salen como esperábamos, es probable que lo mejor para ambos integrantes de la pareja sea divorciarse. En este caso las condiciones económicas cambian significativamente, score todo si hay hijos en común o para repartir ciertos bienes. Es más, en caso de divorcio puede existir una compensación económica si uno de los cónyuges ha salido perjudicado por el régimen económico matrimonial.
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