Jubilación
La ilusión de la hucha de las pensiones: alcanza los 7.000 millones con un pasivo de 116.000 millones en la Seguridad Social
El Fondo de Reserva alcanza en mayo los 7.022 millones de euros, máximos desde 2018, pero con la deuda de la Seguridad Social en más de 116.000 millones
Jugar con las cartas marcadas o un espejismo. Así podría definirse la situación de las cuentas de la Seguridad Social. Mientras el Fondo de Reserva alcanza sus máximos registros desde 2018,cuando se vio despojada de los casi 67.000 millones que llegó a disponer hasta quedarse en los huesos (poco más de 5.000 millones que se vieron reducidos a la mitad en 2019), sus cuentas están en números rojos más que alarmantes.
Y es que aunque la llamada "hucha de las pensiones" cerró el 31 de mayo con 7.022 millones de euros, su nivel más alto desde 2018, según ha informado este lunes el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, la deuda de la Seguridad Social se ha duplicado en cuatro años.
El Fondo alcanzó en 2023 los 5.578 millones de euros, pero ha ingresado aportaciones por un valor de 1.373 millones de euros, gracias a los ingresos proporcionados por el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), que entró en vigor en 2023, una suerte de impuesto creado por el ministro José Luis Escrivá en su reforma de las pensiones.
El MEI es una cotización adicional que pagan trabajadores y empresas para sumar unos 300 millones de euros al mes en la "hucha de las pensiones"
El Gobierno estima que la buena marcha del mercado laboral hará que este año se cierre con más de 9.000 millones de euros en dicho Fondo.
Esta situación contrasta con la realidad de un sistema cuyos gastos, derivados de la misma reforma en la que se recuperaba la revalorización de las pensiones de acuerdo a la inflación en unos años de fuerte crecimiento de los precios, hacen que cada mes se batan récords en la nómina mensual de las pensiones, que este mes afronta la paga extra de verano.
El ritmo de gasto ha propiciado que la Seguridad Social haya duplicado su deuda en sólo cuatro años, pasando de un pasivo de 55.000 millones en 2020 a los 116.000 millones con los que se cerró el pasado ejercicio, según los datos del Banco de España, y que ya ha sido rebasada con creces camino de otro récord. Esto implica que, desde la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa, la deuda de la Seguridad Social se ha disparado un 223%.
Los gobiernos del PP de Mariano Rajoy trataron de amortiguar este impacto conjugando un aumento de ingresos con un ajuste de los gastos mediante el índice de revalorización de las pensiones que provocaba su desindexación de la inflación. El regreso a al IPC, elevó la deuda de la Seguridad Social en 10.000 millones (un 9,4% más en la comparativa interanual) sólo el pasado año.
El gasto se acelerará desde 2035, alcanzando un máximo para 2049 del 14,8% del PIB (por el actual 11,7%) para las pensiones del sistema de Seguridad Social y del 16,3% incluyendo pensiones no contributivas y de clases pasivas.
Así pues, los supuestos 5.000 millones de euros que se generarán al año el próximo decenio por el mecanismo ideado por Escrivá para rellenar la hucha no son ni siquiera un parche ante un gasto que aumentará en 2,4 puntos del PIB (unos 33.000 millones de euros a precios actuales), frente a unos ingresos que crecerán en 1,1 puntos (15.000 millones), según la Airef.
Y es que el espejismo arranca de un error de partida. La hucha de las pensiones nació de una realidad que nada tiene que ver con la actual. La ley determinaba el relleno del Fondo «con cargo a los excedentes de cotizaciones sociales que puedan resultar de la liquidación de los Presupuestos de la Seguridad Social, de cada ejercicio, con la finalidad de atender a las necesidades futuras del sistema». Ese es el objetivo de una hucha: guardar de lo que sobra, no de lo que falta.
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