Energía

Las petroleras se lanzan a la comecialización de luz y gas

Repsol se suma a compañías como Total o Shell, que buscan reducir su dependencia del crudo

Antes o después, parece obvio que el petróleo se agotará. Eso y la creciente presión social en favor de las energías renovables están empujando a las petroleras a diversificar su negocio tradicional. Foto: Pixabay.com
Antes o después, parece obvio que el petróleo se agotará. Eso y la creciente presión social en favor de las energías renovables están empujando a las petroleras a diversificar su negocio tradicional. Foto: Pixabay.comlarazon

Repsol se suma a compañías como Total o Shell, que buscan reducir su dependencia del crudo

Antes o después, parece obvio que el petróleo se agotará. Eso y la creciente presión social en favor de las energías renovables están empujando a las petroleras a diversificar su negocio tradicional de extracción y procesamiento de crudo y gas hacia otros ligados también a la energía: la generación verde de electricidad y gas y su comercialización. Repsol, con la compra de la comercializadora de Viesgo y de cinco de sus plantas de producción por 750 millones de euros, ha sido la última en sumarse a este giro que se está dando especialmente en Europa.

Las operaciones más relevantes en este sentido son de reciente cuño. En diciembre de 2017, la británica Shell adquirió First Utilty, la compañía minorista de gas y electricidad independiente más grande del Reino Unido. Con el desembolso de 200 millones de euros, se hizo con una cartera de 900.000 clientes. Por esas mismas fechas, la también británica BP invirtió 200 millones de dólares -172 millones de euros al cambio actual- en la compañía americana de energía solar y eólica Lightsource. Recientemente, BP también ha adquirido el 24% de la empresa minorista de gas y electricidad Pure Planet con la que se propone suministrar energía 100% renovable al mercado americano.

En Francia, la que ha movido ficha ha sido Total. Su operación más relevante fue la compra en abril pasado del 74% de Direct Energie por 1.400 millones de euros. Se trata de la tercera compañía minorista de electricidad de Francia. Cuenta con 2,6 millones de clientes y activos de generación con capacidad para 1.400 megavatios, entre los que se encuentran ciclos combinados que suman 800 megavatios. Su desembarco en el negocio minorita de la energía fue, sin embargo, anterior. En junio de 2016, adquirió Lampiris, una compañía belga minorista de gas y electricidad que tiene 760.000 clientes. En la compra invirtió 175 millones de euros.

En España, la otra gran petrolera, Cepsa, ya había movido ficha a comienzos de año con el lanzamiento de su comercializadora de luz y gas para, como hará ahora también Repsol, competir con Iberdrola, Endesa o Narturgy -la antigua Gas Natural- en el suministro de energía a los hogares. Su objetivo es alcanzar los 1,5 millones de clientes. La petrolera también anunció en octubre pasado una inversión de 35 millones de euros para levantar su primer parque eólico en Cádiz y en enero firmó un acuerdo con la compañía de Abu Dabi Masdar para expandir su negocio renovable a nivel internacional.

Las petroleras que por el momento no apuestan por las renovables y el negocio minorista energético son las americanas. Sólo Chevron cuenta con pequeñas inversiones en proyectos que abarcan energía eólica, solar o geotérmica, con capacidad para suministrar a energía a 113.000 hogares en Estados Unidos.

Hoy, varias firmas de análisis han bendecido la operación de Repsol. Banco Santander afirma que sus objetivos de hacerse con el 15% del mercado mayorista de luz y gas y el 5% del minoristas parecen “veraces”, por lo que ha incrementado el precio objetivo de los títulos de la petrolera de 17,8 euros a 18,3 euros. Banco Sabadell considera que su imagen de marca permitirá a Repsol “crecer que forma orgánica con facilidad, sobre todo en el negocio de comercialización”. Según sus cálculos, el nuevo negocio le podría aportar unos 60 millones de beneficio bruto. Kepler aplaude que, con una sola operación, haya logrado casi la mitad de los objetivos que se había fijado en su plan estratégico a un precio muy atractivo.