Empleo

Un polémico millonario australiano la lía en Twitter: "Necesitamos ver dolor, despidos masivos y un paro al 50%"

"Tenemos que recordar a la gente que trabajan para el empresario, no al revés", afirma el magnate Tim Gurner, quien luego se disculpó ante sus empleados

El multimillonario australiano Tim Gurner
El multimillonario australiano Tim GurnerTim Gurner Group

Un millonario inmobiliario australiano ha desatado la polémica internacional tras declarar sin rodeos en una cumbre a los empresarios del país, que se paga demasiado a los trabajadores por hacer muy poco y que el desempleo debe aumentar considerablemente para que los trabajadores sientan "dolor", tras lo cual ha pedido disculpas y ha lamentado sus desafortunadas afirmaciones.

Es posible que si usted es un millennial y le suena el nombre de Tim Gurner, lo recuerde como el tipo que le dijo en 2017 que desayunar tostadas con aguacate y café es la razón por la que no puede permitirse adquirir una vivienda.

En sus últimos comentarios, que fueron objeto de amplia difusión y condena en las redes sociales, Gurner identificó lo que él considera el "problema" esencial producido por la pandemia del Covid. No se trata de que 25 millones de personas hayan muerto y millones más padezcan enfermedades discapacitantes, no. Según Gurner, "el problema es que la gente decidió que ya no quería trabajar tanto por culpa del coronavirus, y eso ha tenido una enorme repercusión en la productividad".

Por ello, se atrevió a apuntar que "tenemos que recordar a la gente que trabajan para el empresario, no al revés". El empresario sugirió además que "se ha producido un cambio sistemático en el que los empleados sienten que el empresario tiene mucha suerte de contar con ellos, y no al revés. Es una dinámica que tiene que cambiar".

La receta de Gurner para el problema de la clase trabajadora que se niega a aceptar su condición de esclavos asalariados es sencilla: "Necesitamos ver dolor en la economía". Esto incluye "despidos masivos", que ya han comenzado y conducirán a "menos arrogancia en el mercado laboral". Por ello, el constructor aseguró que "tenemos que ver aumentar el desempleo, que debe saltar al 40%-50%”.

Que un director general con una fortuna desorbitada (el Australian Financial Review calcula que su patrimonio neto ronda los 584 millones de dólares) exponga la necesidad de que la gente pierda su empleo en masa ha resultado de por sí "repugnante" de cara a la opinión pública.

Pero lo que hace especialmente llamativo en sus declaraciones es la manera despreocupada y profesional en que abogó por el "dolor" y el "daño". Hay quien opina que “hay otras formas más tecnocráticas y pragmáticas de esgrimir el mismo argumento. El hecho de que haya optado en cambio por ser tan explícito en su desprecio por las órdenes inferiores, si no otra cosa, tiene la virtud de la sinceridad ideológica”.

Después de una fuerte explosión de ira internacional, Gurner declaró que "lamenta profundamente" sus desafortunados comentarios por ser "insensibles con los empleados, los comerciantes y las familias de toda Australia, que se ven afectados por la presión del coste de la vida y la pérdida de puestos de trabajo".

Quizás esta confesión haya estado motivada por el hecho de que, en el pasado, exponer abiertamente su verdad ha alentado el levantamiento de la guillotina. Asimismo, en su publicación en LinkedIn, plataforma de redes sociales centrada en el empleo, afirmó que, aunque es importante mantener conversaciones al respecto, sus comentarios "fueron erróneos”. “Quiero ser claro: soy consciente de que cuando alguien pierde su trabajo tiene un profundo impacto en él y en su familia, y lamento sinceramente que mis palabras no transmitieran empatía por quienes se encuentran en esa situación".

Gurner no es el primer CEO que critica a la clase obrera. Ya en mayo de este año, Elon Musk, consejero delegado de X (antes Twitter), afirmó que la gente que trabaja en su domicilio debería dejar "su moralina de mierda de trabajador desahuciado". Además, elogió a los fabricantes chinos, "que sin duda trabajan en exceso y están mal pagados, por quemarse la cabeza trabajando a las 3 de la mañana".