Entrevista
«El sistema de pensiones español es un atentado contra el Estado de Bienestar»
"Los trabajadores deben empezar a pensar en el futuro, hacerse responsables de él y no cederlo al Estado a cambio de algo que podría no ocurrir", advierten los autores de "Por una reforma de las pensiones" (Deusto), Pedro Muñoz Luna, Diego Navarro Sánchez y José Pedreira Gutiérrez
¿Por qué escribir este libro?
Nos motivó a hacerlo lo que íbamos descubriendo del sistema de pensiones por distintos medios, lo cual nos generó cierto malestar. Vimos que el sistema no es higiénico, no es bueno para la salud social del país y es perjudicial para el Estado de Bienestar. Entendemos que el sistema público de pensiones constituye un atentado contra la continuidad y preservación del Estado de Bienestar. No se transmite el mensaje de que este sistema es dañino, ni que se está poniendo en riesgo algo que se ha construido con mucho esfuerzo y que podríamos perder.
¿A quién va dirigido?
Primero, a los jubilados, para transmitirles una idea de responsabilidad hacia las generaciones futuras. Luego, a quienes están trabajando, porque ellos son quienes deben empezar a pensar en el futuro, hacerse responsables de él y no cederlo al Estado a cambio de algo que podría no ocurrir. Finalmente, a los más jóvenes, que deben adquirir cultura financiera. Hemos segmentado estos tres grupos, cada uno con un objetivo diferente, aunque el más afectado es el grupo de quienes están trabajando. Lo que hemos descubierto tenemos que transmitirlo tanto a las generaciones actuales como a las futuras, porque el problema que se está traspasando es grave y crecerá con el tiempo. Nos parece inaceptable dejar este legado sin alzar la voz. Es necesario crear una opinión pública que defienda una reforma real, no los pequeños ajustes que se han hecho desde los años 90. Necesitamos una reforma que transforme la sociedad.
¿Por qué nuestro modelo de pensiones es "intrínsecamente" malo para el Estado de Bienestar?
Porque detrae recursos en cantidades que probablemente la gente desconoce. Por ejemplo, lo que el sistema extrae del Estado cada año para pagar las pensiones puede llegar a ser casi el 80% de lo que gastamos en educación. La gente debe saberlo. También hemos observado que nadie está frenando esta situación.
"Se tiene una percepción extraña sobre las pensiones, la gente piensa que no llegará a cobrarla "
Parece que los gobiernos miran hacia otro lado. ¿Hasta cuándo se puede tensar la cuerda del sistema de pensiones?
Hay un "pacto de silencio" desde los años 90, cuando se firmó el Pacto de Toledo. Nadie quiere dar malas noticias, ni quedarse en la posición de "guardián" que explique las cosas como son. En lugar de eso, solo se ponen parches. Desde los años 90 hemos tenido cuatro reformas de las pensiones, todas forzadas por la UE, ya que de forma espontánea no ha surgido ninguna. La sociedad tiene una percepción muy extraña sobre las pensiones: si se le pregunta, resopla y piensa "a mí la pensión no me llega", pero si se le pregunta qué está haciendo al respecto, responde "nada". Estamos ante una enorme bola de nieve formada por la deuda del Estado y el déficit de las pensiones. La suma de ambos representa más de un quinto de toda la recaudación por impuestos en España, una cifra aterradora que crece cada año. Esta dinámica es perversa e implica una gran injusticia intergeneracional. Nosotros somos más privilegiados que los jóvenes actuales, y ellos lo serán menos que nuestros padres. Para nuestros nietos, la situación será peor, porque la deuda siempre hay que pagarla y los impuestos seguirán subiendo.
¿Por qué ha dejado de tener sentido este modelo?
En el libro decimos que nuestro sistema de pensiones ha sido un tremendo éxito social. Son las terceras más generosas de la OCDE, junto con las de Dinamarca y los Países Bajos. Estamos en un modelo de reparto creado por Bismarck en el siglo XIX, que tenía sentido cuando la economía crecía y había más jóvenes que ancianos. Pero en el siglo XXI, la demografía se ha invertido y la economía ya no va tan bien. Este modelo de reparto ya no funciona. Nuestro sistema se parece mucho a un esquema Ponzi, con la diferencia de que el Estado pone el dinero. Pero ninguna empresa privada podría actuar de esta manera, todos acabarían en la cárcel. Hay que decidir si seguimos parcheando un mal sistema o si optamos por una reforma real. El mensaje que hemos recibido del ámbito político es: "que le toque a otro".
"La reforma de Escrivá tiene una puerta de escape, alargar la edad de jubilación para que la gente pase menos tiempo cobrando la pensión"
¿Qué les parce la última reforma de las pensiones de José Luis Escrivá, ahora gobernador del Banco de España?
La reforma tiene una "puerta de escape": alargar la edad de jubilación para que la gente pase menos años cobrando una pensión, además de incentivar a que trabajen más tiempo. Si esto no funciona, en 2026 tendremos una nueva reforma. La Airef y el Banco de España ya han desacreditado la reforma, y el "Ageing Report" 2024 de la UE ha señalado que el déficit de la Seguridad Social será del 3,1% en 2053. El sistema actual no tiene ningún mecanismo de control y solo intenta solucionar el problema mediante más recaudación. El Gobierno tendrá que decidir en los próximos 18 meses si realiza otra reforma o simplemente aumenta las cotizaciones a las empresas, lo que probablemente ocurra. Esto se traducirá en mayores costes y peores servicios públicos, con un creciente riesgo de colapso.
Si empezáramos de cero, ¿qué harían?
No partimos de cero, por eso nuestra propuesta es realista. Introducir n sistema mixto: un tramo de pensiones de jubilación con método de capitalización vía planes de pensiones de empleo (PPE). La cantidad que se dedica al tramo de capitalización procede de las cotizaciones correspondientes a este tramo, a las que se suman unas aportaciones complementarias adicionales tanto del empleador como del empleado. El conjunto de las aportaciones se lleva a un fondo común que se distribuirá entre diferentes fondos de pensiones, debidamente controlados y regulados para un gobierno eficaz de su gestión. Para su operativa lo más razonable es optar por una gestión profesional de expertos en gestión de activos.
Si seguimos con este sistema ¿los que vienen detrás cobrarán su pensión?
O hacemos una reforma en condiciones, o el sistema colapsará. Para 2040, es probable que estemos al borde del crac del Estado, porque no nos permitirán mantener este nivel de deuda.
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