Editorial
La propaganda del miedo ha tocado fondo
Es cierto que todavía queda mucha campaña electoral por delante, pero no parece que en La Moncloa puedan improvisar más polémicas estruendosas o tender más cortinas de humo.
De celebrarse hoy las elecciones europeas, el Partido Popular las ganaría con holgura, con más del 36 por ciento de los votos y hasta seis escaños más que el PSOE, al menos, según los resultados del sondeo pre electoral que ha realizado «NC Report» para LA RAZÓN. La encuesta, pues, nos dice que ni los últimos movimientos tácticos en política exterior del Gobierno ni la machacona propaganda del miedo a la ultraderecha, que ha vuelto por sus fueros a todos los portavoces gubernamentales, van a tener los efectos buscados por La Moncloa, pese a que el CIS de Tezanos, como es habitual, haya echado su cuarto a espadas en favor del líder socialista.
Simplemente, el votante ya distingue perfectamente entre lo que representa Vox y lo que representan los populares, como demuestra el escaso trasvase de votantes entre ambas formaciones que prevé la encuesta en los próximos comicios. Es más, también el partido de Santiago Abascal crecería en votos y escaños en las europeas, hasta los 6 eurodiputados, seguramente porque su mensaje está calando en el sector agrario, muy perjudicado por los efectos de la agenda 2030, vigente en la Unión Europea y origen del repunte de los partidos de la derecha radical en el viejo continente.
Sin embargo, el problema para el PSOE es que tampoco consigue sumar apoyos por su izquierda. Es cierto que Sumar, según el sondeo, perdería dos escaños, pero son los que se atribuyen a Podemos, que se presenta en solitario. Es ahí donde Yolanda Díaz debería reforzar su mensaje, al menos, para reducir la abstención que detecta la encuesta entre los votantes de la extrema izquierda, que ronda el 30 por ciento, la más alta, seguida por la de los electores que se declaran socialistas, que se abstendrán en casi un 17 por ciento.
De hecho, la pronosticada victoria del Partido Popular se sustenta en tres pilares: la movilización de sus bases, que no decae como demuestra el éxito de sus convocatorias de protesta contra la ley de amnistía; la absorción del voto de Ciudadanos, que se refugia casi al completo en la formación de Alberto Núñez Feijóo, y, muy significativo, que más de 600.000 antiguos votantes socialistas declaran su intención de optar por el PP.
Es cierto que todavía queda mucha campaña electoral por delante, pero no parece que en La Moncloa puedan improvisar más polémicas estruendosas o tender más cortinas de humo, una vez que su propia dinámica ha llevado a un escenario en el que los medios gubernamentales van a estar muy entretenidos con los conflictos diplomáticos con Israel y Argentina, además, claro, de la gestión de la amnistía y de las «traiciones» de los socios de gobierno. El Partido Popular, que presenta una buena candidatura con Dolors Monserrat, tiene muchas opciones de victoria, si no se deja arrastrar por la estrategia del ruido y la furia del Sanchismo.
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