Sección patrocinada por sección patrocinada

Invierno 2025/26

La previsión meteorológica para este invierno es muy curiosa: un calendario centenario indica una fecha específica para la nieve

La Niña y el vórtice polar provocarán un invierno más inestable de lo habitual en España

Nieve en la localidad soriana de Abéjar
Nieve en la localidad soriana de AbéjarIcal

Tras un verano marcado por fuertes olas de calor en buena parte de Europa y un otoño templado, los principales centros de predicción apuntan a un patrón invernal distinto al de años anteriores. Según las estaciones meteorológicas, enero de 2026 puede materializarse como el mes de más episodios fríos prolongados y nevadas significativas en latitudes medias.

Los pronósticos a largo plazo elaborados a partir de modelos del ECMWF, de centros canadienses y de plataformas independientes indican la posible reaparición de una fase débil de La Niña en el Pacífico para el otoño y el inicio del invierno.

Pronóstico de nevadas este invierno 2025-2026
Pronóstico de nevadas este invierno 2025-2026ECMWFECMWF

Esa señal, combinada con las proyecciones de un vórtice polar relativamente débil y la posibilidad de un calentamiento súbito estratosférico (SSW), aumenta la probabilidad de entradas de aire frío desde latitudes altas hacia Europa durante episodios concretos.

¿Qué es La Niña?

La Niña es un fenómeno meteorológico que se caracteriza por el enfriamiento anormal de las aguas superficiales del Pacífico tropical central y oriental. Este enfriamiento provoca cambios en la circulación atmosférica global, intensificando los vientos alisios y alterando los patrones de temperatura y precipitación en muchas partes del mundo. En el Atlántico, La Niña tiende a reducir la cizalladura del viento en altura, lo que puede interrumpir la formación de huracanes, fomentando así el desarrollo de tormentas tropicales.

Fenómeno meteorológico: La Niña
Fenómeno meteorológico: La Niña AEMETAEMET

Invierno 2025: La formación de La Niña

De acuerdo con el Centro de Predicción Climática de la NOAA hay un 60 % de probabilidad de que La Niña se forme a finales de otoño, alcanzando su punto máximo durante los meses de invierno.

Aunque esta se espera que sea de baja intensidad, podría tener un impacto notable en la actual temporada de huracanes en el Atlántico y en la dinámica atmosférica de latitudes medias y altas del hemisferio norte.

La Niña: Un potenciador de huracanes

La temporada de huracanes del Atlántico, que se extiende del 1 de junio al 30 de noviembre, está ya casi alcanzando su recta final. No obstante, La Niña todavía podría intensificar la actividad durante las semanas restantes.

Si se reduce la cizalladura del viento durante La Niña, el escenario sería propicio para la intensificación de las tormentas tropicales. Esto combinado con las inusualmente cálidas temperaturas del Atlántico en 2025 podría traducirse en un aumento de huracanes, especialmente en zonas como el Atlántico occidental y el Caribe.

Cambios en la dinámica atmosférica

La Niña entra este invierno en su tercer año consecutivo, algo que es muy inusual. Debido al enfriamiento de las aguas del Pacífico tropical, se espera que el fenómeno modifique la circulación atmosférica global, causando un enfriamiento general en las temperaturas.

Se notará especialmente en América del Norte y, de forma más indirecta, en Europa.

Según los principales modelos estacionales, como el ECMWF y el UKMO, así como las previsiones de la NOAA, La Niña se mantendrá activa durante el invierno y comenzará a debilitarse hacia la primavera de 2026.

El 2º gran protagonista: El vórtice polar

La otra gran estrella de este invierno 2025 es el vórtice polar, una vasta corriente ciclónica que se forma sobre el Ártico y regula la distribución del aire frío hacia latitudes medias.

Un vórtice más fuerte genera inviernos más suaves, ya que el aire helado se queda en el Polo Norte. Pero si se debilita, la corriente en chorro se fragmenta y permite que las masas de aire gélido desciendan hacia Europa y Norteamérica.

Este invierno, los modelos del Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo (ECMWF) anticipan que el vórtice será más leve de lo habitual. Esto generará temperaturas más bajas, sobretodo si se llega a producir un calentamiento estratosférico repentino.

Un invierno inestable en Europa y América del Norte

Al contrario que otros inviernos, dominados por anomalías cálidas y estabilidad atmosférica este final de año viene caracterizado por un desequilibrio climático. La combinación de una La Niña débil y un vórtice polar debilitado favorecerá la alternancia de olas de frío con períodos más templados. Se calcula que esta combinación culminará en enero de 2026, un mes "determinante" para el balance final del invierno.

Predicción del tiempo enero 2026
Predicción del tiempo enero 2026ECMWFECMWF

En Europa, se anticipa un invierno más cálido y seco con las temperaturas más altas de lo habitual. Además, se espera que la mayoría de las regiones del continente tengan menos nieve de lo habitual. Sin embargo, el norte y algunas áreas centrales podrían registrar acumulaciones de nieve ligeramente por encima de la media.

En febrero, se esperan temperaturas más suaves y estables, con escasa nieve, mientras que en marzo podrían darse nevadas puntuales en Europa central.

En Norteamérica, La Niña probablemente generará un sistema de altas presiones en el Pacífico Norte, desplazando la corriente en chorro hacia el sur. En consecuencia, el norte de Estados Unidos, el Medio Oeste y el sur de Canadá se enfrentarán a un invierno más frío con abundantes nevadas. Mientras que el sur de EE.UU experimentará condiciones más cálidas y secas.

¿Y…en España?

De acuerdo con la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) parece ser que este será un invierno “más cálido de lo normal”. Así lo ha compartido la agencia en su perfil de X: “Tendencia para noviembre-diciembre-enero: 50-70% de probabilidad de que el trimestre sea más cálido de lo normal. 10-20% de que sea más frío”, escribe la AEMET.

Sin embargo, el efecto no sería homogéneo: el norte y la meseta estarán más expuestas a irrupciones frías y a episodios de nieve en cotas medias y bajas, mientras que el litoral mediterráneo y el sur tendrán alternancias entre entradas frías y períodos más templados, dependiendo de la configuración del anticiclón y del flujo desde el norte de África.

Estas últimas localidades, según la AMET, son las que más probabilidades tienen de sufrir un crecimiento por encima de la media en cuanto a lluvias se refiere. Y es que hay un 50% de probabilidad de que el Mediterráneo pueda albergar más precipitaciones de lo normal.

En la mayor parte de la Península, todas las opciones parten con un 33% de probabilidad.