Las múltiples brechas del teletrabajo: los empleados en remoto generan y sufren estas desigualdades

En un mundo donde el teletrabajo se ha convertido en la norma para muchos, un nuevo estudio arroja luz sobre la creciente brecha entre los trabajadores de diferentes niveles salariales, educativos y de experiencia en cuanto a la posibilidad de trabajar desde casa.

Podríamos hablar de la cara B del teletrabajo, una que hace que los empleados en remoto tengan muchas menos posibilidades de progresar en sus empresas, pero también otra que hace que la posibilidad de teletrabajar solo esté al alcance de algunos perfiles.

Desde el inicio de la pandemia, el trabajo a distancia ha experimentado un auge sin precedentes. Sin embargo, este cambio hacia la flexibilidad laboral no ha sido uniforme. Un equipo de investigadores se propuso examinar la magnitud y las características de esta disparidad en el acceso al trabajo remoto en los Estados Unidos.

El análisis ha sido publicado en Harvard Business Review. Utilizando una vasta base de datos de anuncios de trabajo online, y tras una meticulosa clasificación por parte los investigadores de forma manual, introdujeron esos datos para entrenar un modelo de IA (un LLM)para identificar ofertas de trabajo a distancia con una precisión del 98%. El análisis de cientos de millones de ofertas de empleo reveló tendencias que pueden ser preocupantes.

Desigualdades salariales en el teletrabajo

La investigación reveló que los trabajos con salarios anuales alrededor de los 30000 dóalres son los que menos ofrecen la opción de teletrabajo, afectando principalmente al cuartil inferior de la distribución de ingresos.

A medida que aumenta el salario, también lo hace la probabilidad de que el empleo ofrezca modalidades híbridas o completamente remotas. En 2023, más del 30% de los trabajos con salarios cercanos a los 200000 ofrecen esta flexibilidad, una cifra significativamente superior a la de 2019.

Este patrón sugiere que la capacidad de trabajar desde casa se está convirtiendo en una función del nivel de ingresos, exacerbando la desigualdad entre los trabajadores.

Educación y oportunidades de teletrabajo

El estudio también encontró una correlación directa entre el nivel educativo requerido para un puesto y la posibilidad de realizar trabajo remoto.

Los empleos que requieren un posgrado tienen casi un 30% de probabilidad de ofrecer teletrabajo, mientras que aquellos que solo exigen educación secundaria muestran un porcentaje mucho menor. Esta brecha educativa en el acceso al trabajo a distancia ha aumentado considerablemente desde 2019.

La experiencia laboral también afecta

La experiencia laboral es otro factor determinante. En 2023, solo el 3% de los empleos de nivel de entrada ofrecían la posibilidad de trabajar a distancia, mientras que para aquellos que requerían siete años o más de experiencia, la cifra superaba el 25%. Esto indica para los investigadores que las oportunidades de trabajo remoto son más accesibles para los trabajadores con mayor experiencia, quienes a menudo tienen más responsabilidades familiares y menos necesidad de supervisión directa.

¿Cómo puede solucionar una empresa esta brecha en el teletrabajo?

Frente a estas realidades, los investigadores recomiendan a los gerentes y ejecutivos que primero reconozcan la existencia de la brecha en el trabajo desde casa y las percepciones de injusticia que puede generar. Algunas estrategias para abordar esta disparidad incluyen:

1. Alinear las condiciones de trabajo: Asegurar que los gerentes de equipos de primera línea tengan condiciones de trabajo similares a las de sus empleados para fomentar la equidad.

2. Flexibilidad para trabajadores in situ: Considerar alternativas como semanas laborales de cuatro días para reducir el tiempo de desplazamiento y ofrecer algunos beneficios de tiempo similar a los trabajadores remotos.

3. Ajustes salariales: Compensar a los trabajadores que no pueden teletrabajar con aumentos salariales o beneficios que reflejen el valor de las opciones de trabajo a distancia.

La brecha en el trabajo remoto es un fenómeno reciente, pero es probable que persista. Las organizaciones deben tomar medidas para manejar sus implicaciones y fomentar un entorno de trabajo equitativo y motivador para todos los empleados.