ERC
Torra enfurece a ERC: “No aceptaré más engaños”
En las filas de JuntsXCat tachan de «patraña» el «independentismo pragmático» que enarbolan los republicanos con vistas a su reunión con Pedro Sánchez el próximo miércoles
Sucedió la pasada semana durante la reunión de Quim Torra con los partidos y entidades soberanistas: «Y cuando España nos niegue la independencia, ¿qué?». La pregunta del presidente de la Generalitat retumbó sobre el salón del Palau y dejó sin aliento al republicano Pere Aragonés. A dos días de la Mesa para el Diálogo bilateral el enfrentamiento entre JuntsXCat y ERC es total. En las filas de Carles Puigdemont y Torra aumenta el escepticismo, mientras en Esquerra Republicana apuestan por lo que llaman el «independentismo pragmático», un término rechazado de plano por los neoconvergentes, la CUP y la Asamblea Nacional de Cataluña (ANC). Según varios dirigentes presentes en el encuentro la discusión subió de tono a la hora de planificar la reunión del próximo miércoles en La Moncloa, dónde los socios del Govern acuden muy divididos, con una rotunda advertencia de Torra: «No aceptaré más engaños».
Esta posición fue secundada por la diputada de JuntsxCat, Laura Borrás, y la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie. «Dudo que sea pragmático sacar algo de este diálogo», ironizó Borrás, portavoz en el Congreso de absoluta confianza de Puigdemont y Torra. Por su parte, Paluzie se hizo la misma pregunta en el sentido de qué hacer si el Estado español prohíbe la autodeterminación. Fuentes de la reunión aseguran que el enfado de Pere Aragonés era visible, con ataques constantes a ERC. «Nosotros no hemos cambiado, otros sí», insistió Torra en velada acusación hacia el partido de Oriol Junqueras. El presidente de la Generalitat, pendiente de su inhabilitación definitiva para convocar elecciones, reiteró su advertencia de que no engañará a los ciudadanos de Cataluña y que su objetivo final es la independencia. «Cualquier otro escenario no es realista», sentenció.
Así las cosas, las espadas están en alto ante la reunión en Moncloa. Aunque finalmente Quim Torra ha aceptado acudir, en su entorno y en el de Puigdemont desconfían del resultado. «Pedro Sánchez solo quiere mantener las formas», opinan colaboradores de ambos. Por el contrario, en ERC se muestran más optimistas, aunque las bases y sectores radicales del partido rechazan el diálogo con el Gobierno. La convocatoria de elecciones catalanas provoca otra gran brecha entre los independentistas. Mientras Puigdemont y Torra son partidarios de alargar el tiempo hasta el otoño para consolidar el liderazgo del fugitivo como candidato y erosionar a Esquerra, estos prefieren que se celebren cuanto antes con la estrategia de frenar el desgate por su apoyo a Sánchez. En todo caso, la última palabra la tiene el presidente de La Generalitat, el único con potestad para dar el pistoletazo de salida electoral.
A la reunión del miércoles Torra llegará con un amplio documento que recoge el referéndum de autodeterminación y la amnistía para todos los presos. Los republicanos, con Aragonés al frente, se muestran más tibios: amnistía sí, pero votación de los puntos que se acuerden en la Mesa bilateral. Aquí radica el choque frontal entre JuntsxCat y ERC. Eso que los de Junqueras llaman el «independentismo pragmático», es considerado por los neoconvergentes, la CUP y las entidades soberanistas «una patraña» para engañar a los ciudadanos de Cataluña.
La convicción de que Pedro Sánchez les mentirá de nuevo es unánime en estas filas, aunque en ERC confían, por el momento, en las palabras del candidato socialista durante el debate de investidura, en las que abogaba solemnemente por «desjudicializar el conflicto político de Cataluña». La Junta Electoral Central, el Tribunal Supremo y el juez Pablo Llarena no opinan lo mismo, recuerdan en el entorno de Puigdemont y Torra.
En la reunión del Palau las críticas hacia Esquerra Republicana por su abstención en la investidura del líder del PSOE fueron enormes y, según las misma fuentes, el prófugo eurodiputado diseña toda una campaña de desafíos como candidato a las elecciones, seguida al dedillo por Torra y JxCat. «Sánchez se ha tirado a la pista sin red», advierten. En círculos independentistas se asegura que, de haberse conocido antes la decisión del Supremo contra Torra y la petición para revocar la inmunidad de Puigdemont, la investidura de Sánchez no habría salido adelante. «Les han engañado como pardillos», afirman airados dirigentes de JuntsXCat ante la posición de ERC. Aunque la posición oficial de Torra y el Govern es resistir, blindarse en el Parlament mientras llega la inhabilitación definitiva en el Supremo, en el entorno de Torra y Puigdemont confirman que «el contador ya está a punto».
Es decir, de momento prietas las filas y ganar tiempo con la vista en las elecciones catalanas. Según estas fuentes, Torra es partidario de convocarlas en dos meses, cuando la decisión del Supremo sea ya firme, mientras Puigdemont prefiere dilatarlo algo más para «montar mucho ruido» y hacer campaña desde su escaño en el Parlamento Europeo. El enfrentamiento con Esquerra es enorme. «A ERC ni agua», dicen en su entorno y en JuntsXCat. La desconfianza entre los socios es de campeonato y los cálculos electorales se han disparado. En la reunión del Palau se vivió una jornada muy tensa, llena de reproches y amenazas, admiten fuentes del Govern. Finalmente, tras una conversación entre Torra y Puigdemont, se acordó acudir a La Moncloa, pero con un exigente desafío por delante. La estrategia de JuntsxCat es clara: aislar a ERC y no sustituir bajo ningún concepto a Torra hasta que se confirme la sentencia del Tribunal Supremo.
En paralelo, Puigdemont no se queda quieto y prepara el gran acto soberanista de Perpiñán el próximo sábado 29, dónde calculan concentrar hasta cien mil personas. ERC acudirá con una presencia institucional de mínimos en la persona de Pere Aragonés, aunque sí asistirán sectores radicales del partido contrarios al diálogo con el Gobierno. Puigdemont quiere dar a este mitin un carácter simbólico de fuerza, como arranque de la campaña. También estará presente el ex presidente Artur Mas, quien hoy domingo 23 de febrero pone fin a su inhabilitación y diseña un plan para volver a la vida pública. Como ya avanzó este periódico, a Mas le gustaría un puesto de relevancia institucional, tal como presidente del Parlament, si el resultado de las urnas es favorable a JuntsxCat. Dirigentes del partido aseguran que están acortando distancias con ERC, que sufriría el desgaste de su apoyo a Sánchez, lo que deja en el aire de nuevo la aprobación de los Presupuestos.
Puigdemont protagonizará el acto en Perpiñan bajo el paraguas del Consell de la República. Los soberanistas esperan una asistencia masiva, en lo que será todo un mitin contra España y la liberación de los presos para denunciar «la represión» y las victoria judiciales en Europa. Sus colaboradores afirman que está fuerte como paladín del soberanismo frente a ERC, en su opinión, muy debilitada por su apoyo a Pedro Sánchez. La Mesa por el Diálogo se tambalea.
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