Política

El «efecto Arrimadas» se diluye en las urnas

Tras la peligrosa senda de UPyD: El decepcionante resultado de la coalición con el PP deja más lejos a Ciudadanos de recuperar su condición de partido bisagra

Acto central de la coalición PP+Cs en el País Vasco
La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, durante su intervención en el acto central de campaña de la coalición PP+C´s en la Casa de Juntas de Gernika. En Guernika, Vizcaya, País Vasco (España) a 5 de julio de 2020.05 JULIO 2020Pool05/07/2020PoolPool

La jornada electoral de ayer se dibujaba para Ciudadanos como una disyuntiva entre el fracaso y el fracaso rotundo. Solo la posibilidad de lograr el tercer escaño por Álava o el segundo por Vizcaya podrían maquillar mínimamente unos resultados que a priori se sabían muy poco halagüeños. Finalmente la coalición entre Casado y Arrimadas no logró lo imposible y el PP, en vez de sumar, restó con su alianza, un deprimente comienzo para la estrategia que Casado se plantea repetir a nivel nacional.

El resultado en Galicia es, quizá, más preocupante aún, precisamente porque recuerda de manera clara al destino político de un partido que guardaba muchas analogías con el de Arrimadas, la extinta UPyD. Al 97,39% de los sufragios escrutados la lista encabezada por Beatriz Pino no llegaba a los 10.000 votos en toda galicia. En 2016 se lograron 48.500 y el 3,38%. Ayer Cs no llegó al 1%, es decir, prácticamente desapareció del mapa político.

En realidad Ciudadanos sabe desde el desastre de las últimas elecciones generales que su principal enemigo a batir no es ya ni el PP ni el PSOE sino la irrelevancia política y que, por tanto, al menos en la campaña de las gallegas, su particular 12-J empezó ya con una derrota. Nos referimos al «ninguneo» al que le sometió el PP en Galicia a pesar de los desesperados intentos de José Manuel Villegas de cerrar un pacto con los populares renunciando incluso a la marca «Mejor Unidos» a mediados de febrero, cuando España aun no sabía lo que era el Covid, es decir, como quien dice hace un siglo.

No pudo ser: Feijóo no cedió y Casado no pudo (o directamente no quiso) forzarle a aceptar a Ciudadanos como sí sucedió en País Vasco llegando incluso hasta forzar el relevo en la dirección del partido en esta región.

Todo el rédito que Inés Arrimadas, con admirable voluntad, le está sacando a los 10 diputados de Ciudadanos en el Congreso, va precisamente encaminado a sacudirse de encima el papel de peso muerto incapaz de decantar mayorías y, al mismo tiempo, reconquistar su capacidad para «salvar» al PSOE de su dependencia de Podemos, oportunidad que tuvo y dejó escapar el anterior presidente del partido. Y es en este sentido en el que las autonómicas vascas representaban una prueba de fuego. Una de las imágenes clave de la campaña fue la de Casado y Arrimadas junto al roble de Guernika sellando una alianza que pretende ser el punto de partida para una reunificación del centro derecha alrededor del PP. Las urnas hablaron ayer, y no lo hicieron de manera muy prometedora para este planteamiento de Casado, que sabe que su única posibilidad de destronar a Sánchez y devolver al PP a la Moncloa es restituir la unidad de todas las derechas que saltó por los aires.

El análisis de los resultados de la noche es especialmente doloroso para Ciudadanos por el comportamiento de los electores en Álava, donde el candidato de Cs aparecía en tercer lugar y donde (al 99,81% del escrutinio) se perdió un segundo escaño quedando el reparto 4-1 entre PP y Cs. El hecho de que fuera en esta circunscripción en la que Vox logró arañar un escaño no ayuda precisamente al optimismo. Un resultado medianamente digno en País Vasco podría haber ayudado a proyectar una imagen de crecimiento que hubiera venido muy bien a Arrimadas a la hora de encarar la negociación de los Presupuestos Generales del Estado. Los diez escaños de podemos unidos a los 6 del PNV pueden formar un bloque con cierto peso. En este sentido, la foto bajo el árbol de Gernika situaba a Ciudadanos en una posición política no tan frontalmente contraria a la foralidad vasca. Pero las urnas hablaron anoche y Ciudadanos, por culpa de ellas, dio un paso más en la senda de la irrelevancia que a muchos les recuerda cada vez más la senda de UPyD.