Moción de censura
“Odio, furia y choque”
El agradecimiento de Sánchez hacia el PP por su solicitado voto contrario a la censura hacia su persona, es reconocerle como «la derecha tradicional», apartándola de Vox, estigmatizado –ahora ya en solitario– como la ultraderecha anticonstitucional, totalitaria y fascista. El «constructivo, moderado e integrador» Sánchez, le acusa a Vox de propagar «odio, furia y choque», mientras es largamente aplaudido en pie por su tan moderado socio Pablo Iglesias. Así, tras la intervención de Sánchez solicitando a Casado el voto en contra, al PP no le queda más remedio que no ser sumiso a la estrategia sanchista, y tampoco aparentarlo.
El principio de la Física sobre la «acción y la reacción» se ha confirmado también en la política, tras la formación en España del Gobierno más radical desde 1978, calificado como «Frankenstein», desde las filas socialistas. Acción sanchista y reacción.
Queda la frustración de constatar que en un momento tan preocupante para los españoles, en plena oleada de contagios y especulando con un posible toque de queda, asistamos a una sesión como la de ayer. Con este clima político, la Constitución de la reconciliación y la concordia no hubiera sido posible, y difícilmente lo será la necesaria recuperación.
En ninguna sesión plenaria se vivió un momento de dramatismo como el de ayer tras la intervención de la portavoz de Bildu, con Abascal leyendo uno a uno los nombres de los asesinados por ETA. Que el Gobierno de España se sostenga en los votos de Bildu es inmoral y repugnante. «Odio. Furia y choque». De Bildu.
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