Moncloa desautoriza a Iglesias por sus críticas a España: “No tiene ningún sentido”

La campaña electoral en Cataluña está visibilizando las divergencias que existen entre PSOE y Unidas Podemos. Algunas de calado, otras claramente impostadas por la necesidad de los morados de marcar perfil ante las demoledoras perspectivas electorales. Después de equiparar a los exiliados republicanos, que huyeron del franquismo, con Carles Puigdemont, fugado en Bélgica; el vicepresidente segundo del Ejecutivo ha vuelto a enredarse con polémica en la cuestión de los presos del “procés” para marcar diferencias con los socialistas y, lo que es más peligroso, para trasladar desde el propio Gobierno de España dudas sobre la “normalidad democrática y política de nuestro país”.

En una entrevista en el Diari Ara, Pablo Iglesias, ha cuestionado abiertamente esta situación, dejando también en evidencia a la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, que defendió con vehemencia el Estado de Derecho español ante los ataques del ministro de exteriores ruso, Serguéi Lavrov, quecomparando la situación del opositor Alexéi Navalni encarcelado en Rusia tras ser envenenado, con la de los políticos condenados por su papel en el “procés”.

Desde el Gobierno, han salido hoy en tromba para mostrar su “total desacuerdo” con las palabras del vicepresidente, dejando claro que “vivimos en un Estado de Derecho” y que quienes se apartan de esa “normalidad democrática son quienes huyen de España”. En estos términos se ha manifestado Carmen Calvo, que marca distancias abismales con Iglesias, en la línea de lo que ya se vieron obligados a hacer con el precedente de los exiliados del franquismo.

También José Luis Ábalos ha querido dejar claro que las palabras del vicepresidente “no tienen ningún sentido” y ha querido buscar una contextualización a la declaraciones de Iglesias que no le dejaran en evidencia. El ministro de Transportes, que comparecía desde Ferraz en calidad de secretario de Organización del PSOE, ha “reivindicado” la democracia española, como una democracia perfectamente homologada, aunque sí ha querido reseñar que la “normalidad total” no es posible.

Apelando a la “democracia imperfecta”, Ábalos sí ha reconocido que existen ciertas “anomalías”, pero no ha querido hacer de esa parte un todo, asegurando que “el sistema puede contener anomalías, pero que eso no hace que el sistema sea anómalo”. Ábalos ha asegurado que considera que el vicepresidente “defiende la democracia” y la “profundización en una mayor calidad democrática”.

“Dejar de confrontar”

Esta polémica se suma a otras que desde Unidas Podemos se están alimentando desde dentro del Gobierno en los últimos días, a cuenta -entre otras cuestiones- de la Ley Trans o la legislación de vivienda, ambos proyectos que se están gestando en privado y cuyas discrepancias se han hecho públicas por parte de los morados. Desde el Gobierno se pide abiertamente a sus socios de coalición que “dejen de confrontar” y que se aborden ambos asuntos en sus “justos términos” y, en el caso concreto de la Ley Trans, siendo “muy escrupulosos” y “rigurosos en el plano de la legalidad” para evitar que una normativa precipitada acabe siendo recurrida en los tribunales, porque “ya sabemos que el PP tiene por costumbre recurrir todas las leyes que amplían los derechos”, ha reconocido Ábalos.