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Así se funden las armas de los crímenes de ETA

El arsenal fue destruido previamente con una apisonadora en un acto simbólico ayer en el Colegio de Guardias Jóvenes de Valdemoro

Después del acto simbólico de destrucción de armas en el que, una apisonadora pasó por encima de las 1.377 armas de ETA y GRAPO y 19 piezas fundamentales repartidas en tres hileras a lo largo del patio central del Colegio de Guardias Jóvenes Duque de Ahumada, el arsenal de los crímenes de ETA han continuado su proceso de destrucción en una fundición.

La armas de fuego intervenidas a comandos terroristas en operaciones policiales desarrolladas en España, sujetas a sumarios instruidos por los distintos juzgados centrales de la Audiencia Nacional fueron encomendas a la intervención de armas de la Guardia Civil que tras su traslado en un camión han procedido a su destrucción definitiva.

La AVT solicitó que el resultado final de esa fundición fuera empleado para placas en recuerdo de las víctimas del terrorismo.

Entre las armas, están las utilizadas por el «comando Andalucía» para asesinar, el 30 de enero de 1998 al concejal del PP de Sevilla, Alberto Jiménez Becerril, y su esposa, Ascensión García.

Tipo de armas

Han sido destruidas 697 pistolas, 172 revólveres, 274 subfusiles. El resto son fusiles de asalto, rifles de precisión y escopetas de ánima lisa. El 90 por ciento corresponde a la banda terrorista ETA, incautadas a diferentes comandos. Entre las operaciones y comandos destacan los Comandos Motrico (1978), Donibane (1981), Pepe Barrios (1984), Olloki (1986), Txalupa (1987), Lambroa (1994), Sugoy (1996), Galizia (1996), Andalucía (1998) y Bakartxo (2002).