In extremis
A la «caza» del tránsfuga que impida derrocar a López Miras
Las tensiones en Ciudadanos podrían frenar la moción de censura
El tsunami político que ayer barrió la Región de Murcia se estudia ahora detenidamente de forma interna y se presiona para que no quede ningún fleco suelto en la formación naranja. El objetivo es sacar al actual presidente murciano, Fernando López Miras, del frente regional. La actual coordinadora autonómica de Ciudadanos, Ana Martínez Vidal, se postula como la próxima presidenta de la Comunidad, tras presentar una moción de censura conjunta con el líder del PSOE, Diego Conesa, con cuyo partido lograría la mayoría para acabar la legislatura (23 diputados).
En este sentido, todos los focos están puestos en la que fuera líder de la formación y actual vicepresidenta, Isabel Franco, quien fue apartada de la dirección del partido naranja por sus roces con Martínez Vidal, y quien ha mostrado en alguna ocasión su desacuerdo con las decisiones que ha tomado la coordinadora.
El último choque entre dirigentes ocurrió en febrero con la dimisión de otra consejera de Cs, cuando Franco se desmarcó de esta decisión y dijo que este tipo de decisiones correspondían al presidente, lo que no sentó bien en el seno Cs. Precisamente, el propio López Miras compareció ayer para denunciar la «traición» perpetrada por los que fueran sus socios en el Gobierno durante estos últimos dos años, «únicamente para satisfacer una ambición personal. Ahora sabemos lo que valen las palabras de unas personas y unos partidos».
El todavía presidente reconoció haber sido informado de los planes de presentar la moción de censura en la noche del martes, «y podría haber tomado la decisión de convocar elecciones, pero no lo hice. No es el momento», dijo tras cesar a dos de los consejeros de Ciudadanos.
Precisamente, López Miras llegó a la Presidencia de la Región en el año 2017 a propuesta de su predecesor, Pedro Antonio Sánchez, quien dimitió tras la verse envuelto en diferentes causas judiciales y ante las que la oposición también planteó la presentación de una moción de censura. Los argumentos puestos ayer sobre la mesa por parte de Ciudadanos fueron la pérdida total de confianza con sus socios de gobierno en las últimas semanas. El que han denominado «Vacunagate» con la vacunación fuera de protocolo del exconsejero de Salud, Manuel Villegas, y otros 400 altos cargos fue el detonante para romper todo tipo de relación.
Además, Cs pidió en varias ocasiones el listado de vacunados y, al no recibirlo, inició una Comisión de Investigación en el parlamento contra su propio Ejecutivo.
La última bala del PP fue la de querellarse contra el vicealcalde del Ayuntamiento de Murcia, Mario Gómez (Cs), por «revelación de secretos» al filtrar irregularidades en contratos menores en las concejalías del PP, lo que ha provocado que también se disuelva este gobierno municipal y se entregue la Alcaldía al PSOE.
Cs lleva más de un mes de conversaciones con los socialistas, fraguando esta moción de censura amparada en la «corrupción política del PP, y en el abuso de poder para un beneficio privado», y será la próxima semana cuando se debata y se defina el futuro de la Región de Murcia. Para Martínez Vidal, los populares «han demostrado que no saben gobernar en coalición». Ahora, ella abre una nueva etapa regional.
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